En la actualidad, los problemas pueden ser abrumadores y hacen que nuestra mente se vuelva un río lleno de pensamientos que arrebatan la calma y la tranquilidad de las personas, pero Según Matthew Solan, editor ejecutivo de Harvard Men's Health Watch, es posible domar esta corriente y redescubrir el sosiego perdido ante la ansiedad. Hay técnicas que puedes aplicar para sentirte mejor.
La ansiedad, esa sombra inquietante, es la artífice principal de los pensamientos acelerados que muchas veces nos asaltan. Un diálogo interno que rebota frenéticamente de un temor a otro, una rueda de hámster que gira incesante en nuestro cerebro. En un artículo que escribió Matthew señala que Fairlee Fabrett, psicóloga del Hospital McLean, afiliado a Harvard, señala que la preocupación por lo hecho y lo pendiente, se convierte en nuestro incesante acompañante. Este carrusel de inquietudes, lejos de ser benigno, desdibuja nuestra concentración y nos atrapa en un bucle de estrés y ansiedad.
¿Cómo evitar los pensamientos ansiosos?
Solan refiere que existen estrategias que prometen ser el faro en medio de la tormentosa mar de pensamientos. Algunas de ellas son:
Aceptación: El primer paso para desacelerar la vorágine mental es aceptarla. Reconocer estos pensamientos como meros ruidos transitorios y no verdugos implacables, nos otorga una dosis de control y los despoja de su amenaza latente.
Atención plena: La práctica de mindfulness, con ejercicios como la respiración consciente, nos ancla al presente, permitiendo que la mente se aquiete y los pensamientos fluyan sin aferrarse a ellos.
¿Se puede evitar la ansiedad?
Distracción saludable: Cambiar el foco de atención cuando los pensamientos comienzan a acelerarse, puede ser una estrategia eficaz. Ya sea sumergirse en la lectura, disfrutar de la música o compartir una charla amena con amigos, la distracción nos aparta del torbellino de inquietudes.
Movimiento: El ejercicio físico, desde una caminata ligera hasta una sesión intensa de entrenamiento, no solo desvía la atención sino que libera endorfinas, las hormonas del bienestar, que ayudan a atenuar la ansiedad.
Tiempo programado: Designar un momento específico del día para abordar las preocupaciones, ayuda a contener la avalancha de pensamientos y a enfrentarlos de manera más organizada y menos abrumadora.
Romper el ciclo de pensamientos acelerados y ansiedad no es una travesía sencilla, requiere práctica y paciencia. Sin embargo, el guía que nos ofrece Matthew Solan, junto con las estrategias delineadas por expertos, brindan un mapa valioso para navegar a través de la tempestad mental hacia la serenidad ansiada.
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