Esta semana, al iniciar la nueva gestión de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, nuestro país se enfrenta a un escenario de crisis en áreas migratorias y económicas.
A lo largo del último semestre de 2024, Donald Trump lanzó un sin fin de amenazas contra nuestro país, derivadas del elevado flujo migratorio ilegal procedente de México, Centro y Sudamérica; por otro lado, elevado tráfico de fentanilo que ha llevado a los Estados Unidos a la mayor crisis de consumo de sustancias, y finalmente distintos paneles por incumplimientos a las condiciones pactadas en el T-MEC que ponen a México en una condición crítica, que habrá de ser gestionada por nuestro gobierno.
A lo largo de las últimas dos décadas, a partir del año 2000, México pasó de ser un país emisor de migrantes a ser una región que registra el fenómeno migratorio, en sus tres modalidades: ser un país receptor, una región de tránsito hacia los Estados Unidos, e incrementó su papel como emisor de trabajadores.
Por algunos años, las acciones conjuntas de comunicación con agencias norteamericanas, y los gobiernos de Centroamérica, para alertar sobre los altos riesgos de la migración, fueron una buena herramienta; sin embargo, esa cooperación se fue perdiendo.
La comunicación ágil y transparente, sin dudas, es fundamental para lograr contener los ataques hacia las instituciones de los tres niveles de gobierno que deben participar en la atención y gestión del flujo migratorio.
Hoy México enfrenta el reto de comunicar ante una crisis multidisciplinaria que enfrentará en los próximos meses al arranque del Segundo Periodo Presidencial de Donald Trump.
POR FERNANDO ANTONIO MORA GUILLÉN
MAESTRO EN COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL POR LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA.
PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN FERNANDO MORA GÓMEZ PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN.
X: @FERNANDO_MORAG
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