Columna invitada

La Patria es primero. Sin subordinación

El tema de la nacionalidad tiene un origen también convencional, donde los tratados internacionales reconocen la nacionalidad de los países miembros para establecer el derecho que tiene cualquier persona en virtud de su condición de residencia, ya sea de padres naturales o del lugar donde nació

La Patria es primero. Sin subordinación
Ricardo Peralta / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Es inconcebible que haya mexicanos que celebran la firma de órdenes ejecutivas por parte del presidente Donald Trump donde se puedan fijar aranceles a la importación de productos mexicanos del 25% a partir del 1 de febrero; la deportación masiva de millones de connacionales que hayan ingresado de manera ilegal a ese país, y eliminar la nacionalidad a quienes hayan nacido en ese territorio contrariando al histórico principio  romano al que se refiere el Ius Soli; o el ingreso del ejército estadounidense a piso mexicano para neutralizar a organizaciones delictivas del narcotráfico señaladas como terroristas. Ya nombrar al Golfo de América será meramente la nomenclatura de su base continental, y no lo que en los mapas del siglo XVI se ha conocido y se conocerá como el Golfo de México.

Principalmente la derecha conservadora trasnochada de nuestro país ha promovido en redes sociales el #YoConTrump haciendo alusión permisiva y condescendiente a estas medidas violatorias a los principios fundamentales del derecho internacional. Seguramente los halagos públicos buscan la atención de alianzas con los simpatizantes conservadores en los Estados Unidos, la realidad es que no solamente son ignorados allá, sino que aquí la única denominación existente a la celebración o apoyo a un país extranjero con esas intenciones se le llama traición a la Patria.

La suscripción de las órdenes ejecutivas y su operación paulatina provocará más problemas que soluciones a la relación entre ambos países, ya que la migración continuará porque la problemática de cada uno de los países que emigran a los Estados Unidos, como la pobreza o la violencia, siguen en una constante imparable, y nuestra vecindad no cambia de domicilio con una orden ejecutiva. Si no se atienden las causas, el fenómeno mundial de la migración, no sólo no cambiará, sino que se incrementará.

El gigantesco problema de salud pública que causa la adicción a diversas drogas es una viga que se mantiene en el ojo del gobierno de los Estados Unidos. El consumo desmedido de fentanilo y otras drogas como la cocaína, que se ha incrementado hasta en un 500% en los últimos años, pareciera no tener un ejercicio de auto reflexión antes de pensar invadir un país con una artimaña extraterritorial con base en una ley nacional.

Si bien es cierto que la violencia que provoca la lucha por el trasiego de las rutas del narcotráfico y el concurso de delitos que ejerce el crimen organizado en diversas regiones del país requiere de las acciones que ya se emprenden desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a cargo de Omar García Harfuch, no significa que México simplemente permita el ingreso de ningún extranjero más que para efectos del cumplimiento de los tratados y acuerdos internacionales; es decir, colaboración, no sumisión y mucho menos subordinación, como ya lo ha expresado la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, además de señalar su postura de respeto y amistad al gobierno de la nueva administración Trump.

El tema de la nacionalidad tiene un origen también convencional, donde los tratados internacionales reconocen la nacionalidad de los países miembros para establecer el derecho que tiene cualquier persona en virtud de su condición de residencia, ya sea de padres naturales o del lugar donde nació. Seguramente existirán miles de litigios donde tal condición tendrá un final jurídicamente a favor de quienes se les impida el derecho a la nacionalidad.

El padre de Vicente Guerrero le solicitó indulto al hijo de un español en el estado de Guerrero, por cierto llamado así en su honor, a lo que le contestó: “Tu voz es, padre, para mí sagrada, pero la voz de mi Patria es lo primero”.

POR RICARDO PERALTA

COLABORADOR

@RICAR_PERALTA

EEZ

Temas