CINE DE ORO

Mi mamá me esperó para Morir: Eugenio Derbez narra los últimos momentos de Silvia Derbez

El actor de Shrek aseguró que estuvo a punto de perder la oportunidad de despedirse de su madre

Tomarse de la mano, este era el gesto que hacía cómplices a Silvia Derbez y a su hijo Eugenio, famoso por programas como Derbez en cuando o La Familia P. Luche. La diva de la época dorada del cine mexicano aseguraba que no tenía favoritos entre sus hijos, pero el actor y su hermana aseguran que él ocupaba ese lugar.

Tanto los unía este amor que sintieron durante varios años que el protagonista de No se aceptan devoluciones aseguró a Yordi Rosado que su madre lo esperó para poder partir al otro mundo.

Según la anécdota, la señora Silvia fue internada en el hospital para darle los cuidados necesarios para atender un cáncer de pulmón que la afectó durante los últimos días de su vida.

Cuando la ciencia no pudo más y los médicos se rindieron, la recomendación de la clínica fue regresarla a casa para que muriera cerca de sus seres queridos y en un lugar más cómodo.

Antes de llegar al domicilio de los Derbez, la estrella del cine de oro cayó en un coma del que jamás despertó. Pese a esto, su familia y amigos siguieron hablando con ella de forma frecuente. Eugenio asegura que la mujer movía algunas partes del cuerpo, por lo que apuesta a que entendía lo que decían.

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Se esperó a estar con él

Durante la charla, el histrión confesó que tanto en la infancia como en la adolescencia no tuvo mayor amiga que su mamá, lo cual generó una confianza que lo llevó incluso a tomar malas decisiones en cuanto a su sexualidad o incluso a creer cosas que nunca fueron ciertas.

Sin embargo, destacó que el amor que se profesaban era tal que no pudo separarse de ella mucho tiempo cuando cayó enferma, sobre todo cuando la familia solamente tenía como opción el brindarle los cuidados paliativos.

Cierto día que estuvo con ella durante varias horas, el actor decidió salir a cenar algo a un restaurante ubicado en Polanco. Se despidió de su mamá y llegó al lugar.

Mientras comía, recibió una llamada de teléfono en la que le indicaban que la estrella de El Seminarista había entrado en una crisis y la enfermera a cargo de ella estaba tratando de estabilizarla para evitar que muriera, aunque los pronósticos eran desalentadores.

Eugenio pagó la cuenta y subió a su automóvil. En total hizo menos de 30 minutos del negocio a su casa. Lo primero que preguntó a los que estaban en el lugar era si su madre seguía viva.

El intérprete aseguró que entre él y su mamá había mucho amor

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La respuesta fue afirmativa, así que tomó la mano de la mujer que lo trajo al mundo dispuesto a ver cómo era ella la que lo abandonaba en ese instante.

Le dijo "ya estoy contigo, mamá". En ese momento, doña Silvia, la diva del cine de oro, la actriz que podía llorar por el ojo que quisiese, aspiró, expiró y murió al momento.

Esto fue suficiente para que el actor asegure que su madre estuvo esperando por él y así ambos pudieran despedirse uno del otro con aquel gesto que los hizo ser cómplices y demostrarse el amor que tenían uno por el otro hasta que la muerte los separó.