Diana Spencer, mejor conocida como Lady Di, se ganó el corazón del mundo entero desde que, junto al príncipe Carlos III, protagonizó una de las bodas más opulentas de la historia de la Corona Británica. Pero lo que parecía una conmovedora historia de amor para la princesa, terminó siendo una de traición y corazón roto, que ni la millonaria cantidad que recibió al divorciarse pudo opacar.
Era 1981 cuando el hijo mayor de la reina Isabel II unió su vida a la de Diana, quien era una maestra de guardería, lo que el mundo comparó con un cuento de hadas, nada más alejado de la realidad, pues en la vida del entonces futuro rey de Inglaterra había una sombra: Camila Parker Bowles, quien fue la causante de la separación ocurrida 11 años después del fastuoso matrimonio.
El divorcio llegó -por petición de la reina Isabel II- en 1996, cuatro años después de que los padres de William y Harry se separaran. La monarca lo decidió después de que la princesa de Gales diera una entrevista a la BBC en la que dijo: “Éramos tres en el matrimonio, por lo que estaba un poco lleno”.
La monarca envió cartas a ambos para decirles que el divorcio era lo mejor para el bienestar de La Corona. Según Andrew Morton, autor de “Diana: en sus propias palabras”, la reina le explicó a Lady Di que ya tenía la aprobación del arzobispo de Canterbury y el primer ministro de ese entonces, Sir John Major.
Así, la pareja que decidió casarse tras tener 13 citas, empezó el proceso de divorcio en enero de 1996, no sin antes establecer acuerdos para poder concretarlo.
Algo de lo principal es que Diana dejaría los títulos nobiliarios, por lo que ya no sería llamada “Su Alteza Real”. Evidentemente el aspecto económico era muy importante para que el hoy rey recuperara su libertad, por lo que Lady Di recibiría una gran suma de dinero.
Se estableció que Diana seguiría recibiendo dinero para mantener su oficina y podría vivir en uno de los palacios de la realeza británica y tendría la custodia compartida de William y Harry.
¿Qué implicaba dejar el título real?
Según conocedores del tema, la idea de despojar a Lady Di del título real no fue de la reina Isabel II, pese a que pudiera pensarse lo contrario, sino del propio Carlos.
Diana seguiría siendo la princesa de Gales, pero al ya no ser llamada “Su Alteza Real”, debería rendir reverencia a cualquier miembro de la realeza, incluidos sus hijos.
De acuerdo a varios biógrafos, esta fue una de las pérdidas que más le dolió a Diana, pero su hijo William se apresuró a consolarla asegurándole que cuando él fuera rey revertiría esa decisión.
La millonaria suma
Pero no todo fue pérdida para Diana Spencer, pues al divorciarse recibió 17 millones de libras esterlinas (alrededor de 32 millones de la misma moneda en 2019). También recibiría anualmente 400 mil libras para gastos de su oficina personal.
Isabel II le permitió a Lady Di conservar todas las joyas que había acumulado durante el tiempo que estuvo casada con el príncipe Carlos, entre ellas el famoso anillo de compromiso con zafiro y diamantes. El fastuoso anillo fue reemplazado por uno con una aquamarina una vez que el divorcio se concretó.
Lo que Diana de Gales recibió al concluir su matrimonio con Carlos III pasó a ser la herencia de sus amados hijos William y Harry cuando murió en un accidente automovilístico en París.
DMGS
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