Cuando se trata de cuestiones relacionadas con la gobernanza, aceleración de acuerdos y negociaciones diplomáticas, tensión política y procesos electorales que cierran, puede ser más complicado, pero sí posible identificar caminos cuando se analiza desde la parte global.
Dos momentos importantes para la región latinoamericana y del Caribe tuvieron lugar este domingo, en Perú y México. En el primero, se elige la Presidencia, en el segundo autoridades regionales y locales, junto con la Cámara de Diputados con elevada participación de la población, marcada por el multipartidismo en las elecciones de medio término y el creciente surgimiento de nuevas fuerzas políticas.
Se conoce de la visita de la misión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos a Colombia, en la vía de la búsqueda de soluciones a cuestiones de fondo en la mesa político social.
Y del reciente anuncio de la designación de Rebeca Grynspan, costarricense, para la Secretaría de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo a propuesta del Secretario General de la ONU representa una muy buena noticia, quien dejará su actual encargo en la Secretaría de la Conferencia Iberoamericana.
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Es relevante la reunión de alto nivel que tuvo lugar en Costa Rica hace unos días, cuando la Cumbre del Sistema de Integración Centroamericana dio pie al diálogo político regional y al primer encuentro entre los actuales cancilleres mexicano Marcelo Ebrard, y por la parte estadounidense Antony Blinken.
Precede a los esperados acuerdos y entendimientos entre el gobierno de Estados Unidos con países mesoamericanos. Colocan la relación de la región mesoamericana con EU sobre asuntos del desarrollo y la migración con México, Guatemala, Honduras y El Salvador en los primeros lugares de la agenda regional.
Mucho se espera de los resultados de la primera visita al exterior de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y su encuentro en la Ciudad de México con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La región latinoamericana y caribeña sigue estando entre los principales focos de preocupación global, en primer lugar, por la situación de la pandemia. Apertura para la articulación política de agendas, caminos que pueden llevar a consolidar otras gobernanzas regionales en lo que importa a todos.
Posibles con la aceptación de las ganancias como responsabilidad, y de las pérdidas como necesidad de atención a los asuntos cuya solución más efectiva es la construcción de sistemas políticos adecuados a la realidad contemporánea, ahora que se ve más clara la nueva composición política regional.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
MAAZ