COLUMNA INVITADA

¿Necedad o necesidad?

Tenemos al alcance diversos métodos, uno de ellos es la Revocación de Mandato. Es nuestra prerrogativa

OPINIÓN

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Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El artículo 35 de nuestra Constitución habla de los derechos de la ciudadanía. Uno de estos derechos es: ‘participar en los procesos de Revocación de Mandato’ (fracción IX). Esta prerrogativa ciudadana es un instrumento de la democracia directa que nos permite ‘dejar sin valor o efecto una ley, una norma o una disposición’, en este caso, un mandato, otorgado mediante el voto a una persona determinada por tiempo determinado, de acuerdo con las leyes vigente.

Este ejercicio de revocación está reglamentado en la Ley Federal de Revocación de Mandato. El artículo 5 de la Ley dice: ‘El proceso de Revocación de Mandato en el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza.’

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La Ley establece que el INE es el órgano facultado para organizar este ejercicio, a partir de la solicitud presentada por al menos el 3% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral. Detalla además el procedimiento para su desarrollo, plazos y condiciones.

La decisión de iniciar la Revocación de Mandato entraña una ‘perdida de la confianza’ en el titular del poder ejecutivo, un movimiento social en contra de la continuidad en el cargo de quien fue elegido para ostentarlo, una intención de quitar del poder al Presidente. Es por lo tanto una definición trascendente, que puede cambiar el rumbo del país.

Lo que está sucediendo en México es una pantomima. Quien decide llevar a cabo el ejercicio de revocación es aquél que podría eventualmente dejar el mandato. Quienes solicitan las firmas de apoyo para la revocación son sus más fieles seguidores.  Quienes obstaculizan la organización del proceso son los diputados morenistas al negar recursos al INE para llevarlo a cabo.

La mayoría de los mexicanos que no estamos de acuerdo con el gobierno no queremos que el presidente se vaya, queremos que termine el mandato para el que fue electo, queremos que gobierne, que respete a las instituciones, que no dilapide recursos en programas clientelares, que se rodee de funcionarios capaces aunque no sean sus amigos, que cumpla las leyes.

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La democracia a la que hemos arribado en México, aún deficiente, nos ha permitido avanzar en la construcción de instituciones y mecanismos a través de los cuales elegimos autoridades y representantes, participamos en la toma de decisiones, apoyamos o nos oponemos. Tenemos al alcance diversos métodos, uno de ellos es la Revocación de Mandato. Es nuestra prerrogativa, no la del presidente.

No es necesario que se lleve a cabo este ejercicio, no lo pedimos los ciudadanos. El presupuesto para organizarlo con la seriedad que se requiere es muy alto. Se está forzando al INE a lo imposible. Se están burlando del pueblo con engañifas.

La Revocación de Mandato es una ociosidad. Es una necedad.   

POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC

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