En las calles Cuitláhuac y Juan Álvarez, de la delegación de San Pablo Autopan, en Toluca, una turba enardecida de al menos 100 individuos, estuvo a punto de linchar a José Luis "N", de 23 años de edad, pues descubrieron que el sujeto llevaba en una bolsa plástica los restos de su pareja sentimental.
Una vez que se recibió la llamada a la policía local, efectivos se desplazaron al sitio de la denuncia encontrando al hombre aún con la bolsa negra. Al preguntarle sobre su contenido, él acepto que eran los restos de quien fuera su compañera de vida y que los iba a tirar en un terreno baldío de la comunidad otomí.
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Llevaba el cuerpo descuartizado
Una vez que los gendarmes de Toluca revisaron el interior de la bolsa, efectivamente, eran restos humanos de una mujer, por lo que además de salvarlo de ser linchado, José Luis quedó detenido.
El probable feminicida fue llevado a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México para deslindar posibles responsabilidades e investigar el hecho que conmocionó a San Pablo Autopan.
Podría pasar lo que le queda de vida en prisión
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revela que en el primer bimestre de este año, en el Estado de México se iniciaron 18 carpetas de investigación por el probable delito de feminicidio. En enero las estadísticas sumaron siete casos por 11 de febrero y el año pasado la cifra se cerró en 138 posibles casos.
De acuerdo con el Código Penal del Estado de México, en caso de que se compruebe que el hombre cometió un feminicidio, sería sometido a una penal de 40 a 70 años de prisión o incluso una reclusión vitalicia, dependiendo de las agravantes que llevó a cabo durante estos hechos.
Hubo un caso similar en Chiapas
Este caso recuerda al de Pedro "N", un hombre que también estuvo a punto de ser linchado en mayo de 2021, después de que una turba lo acusara de haber asesinado a su esposa. En ese entonces, el sujeto había sido interceptado por cientos de personas de la comunidad de San Juan Chamula, para preguntarle por el paradero de su mujer.
Tras verse rebasado por las personas, quienes lo agredieron, confesó que la había asesinado y había enterrado sus restos en un terreno baldío. Al conocer esto, el grupo llevó al agresor hasta el punto donde había ocultados el cadáver de la víctima.
En el sitio lo hicieron cavar en el sepulcro, sacar el cuerpo y llevarlo cargando hasta una camioneta en la cual lo llevaron hasta el Ministerio Público, lugar donde fue consignado hasta que la audiencia ante el juez.
Tras dos años de procesos judiciales, el feminicida fue condenado a 45 años de prisión, los cuales cumple en un penal.
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