Disclaimer: Esta nota contiene spoilers de "La Sustancia".
En el 2024 pudimos ver el estreno de muchas películas que se ganaron los aplausos del público, pero una de las más impresionantes fue "La Sustancia". Dirigida por Coralie Fargeat, esta obra ha generado un debate en torno a su complejidad narrativa, su tratamiento de temas como la violencia estructural vivida por las mujeres y los impresionantes efectos especiales, así como las actuaciones de Demi Moore y Margaret Qualley, quienes ofrecen actuaciones memorables en un relato que desafía las convenciones del cine de terror, específicamente dentro del subgénero conocido como terror corporal.
Así, en el centro de la narrativa se encuentran Elizabeth (interpretada por Demi Moore) y Sue (Margaret Qualley), dos versiones de una misma mujer, atrapadas en un ciclo de obsesión por la belleza. Elizabeth, una mujer madura y exitosa, comienza a tomar la sustancia con el fin de recuperar su juventud perdida, pero a medida que avanza la película, se revela que este anhelo por la perfección física tiene un costo mucho mayor de lo que ella había anticipado. Sue, por su parte, representa la juventud que busca desesperadamente una validación externa, dispuesta a sacrificarse a sí misma en el altar de la admiración social.
La película se convierte en un campo de batalla psicológica entre estas dos facetas de la misma persona, con la sustancia como el motor que las impulsa a confrontarse. La lucha interna que lleva a cabo Elizabeth en su intento por liberarse de su propia vanidad y aceptación es fundamental para entender los temas que la película propone ya que Sue, al ser la joven versión de Elizabeth, representa esa parte de la identidad que teme perderse en un mundo que valora más la apariencia que la autenticidad.
¿Cuál es el final de la película "La Sustancia"?
Uno de los aspectos más discutidos de "La Sustancia" es su final inesperado y profundamente inquietante ya que después de inyectarse la sustancia, Sue da a luz a una versión monstruosa que fusiona los aspectos de ambas identidades, resultando en una criatura grotesca que encarna las consecuencias extremas de la búsqueda obsesiva de la perfección física. Este "monstruo" es un reflejo de la insostenibilidad de los ideales impuestos por la sociedad sobre la juventud y la belleza, que, en última instancia, solo conducen a la alienación y la autodestrucción.
Para este punto, la película nos presenta una crítica mordaz a los estándares de belleza impuestos por la cultura contemporánea, mostrando cómo la obsesión por mantener una imagen perfecta lleva a una deshumanización inevitable. Sue, en su forma monstruosa, busca la admiración de los demás, pero pronto se enfrenta a un rechazo brutal de aquellas personas que antes la alababan. Este contraste subraya la superficialidad de las relaciones humanas basadas únicamente en la apariencia, y plantea preguntas sobre cómo las mujeres sólo son valoradas por su belleza y juventud.
La transformación de Sue no es solo un cambio físico, sino también simbólico, pues representa el costo del deseo desenfrenado por la juventud eterna y la belleza inalcanzable, por lo que el "monstruo" que emerge se convierte en una metáfora de los horrores internos que surgen cuando una persona pierde su conexión con su verdadera esencia en la búsqueda de la validación externa al ser consumida por las reglas del sistema patriarcal.
¿Qué quiso dar a entender el final de la película "La Sustancia"?
Debido a que las películas como esta se encuentran hechas para que las y los espectadores puedan interpretarla de manera personal, tanto la directora como las actrices principales explican que el mensaje detrás del final de "La Sustancia" es la liberación y aceptación del cuerpo y la identidad propia.
Coralie Fargeat, en conversación con Entertainment Weekly, destacó que el final de la película representa un acto de liberación para Elizabeth ya que según sus palabras, este ser amorfo simboliza un escape del control obsesivo de la sociedad sobre la apariencia física, un regreso a la "nada", al estado primordial del ser.
Por su parte, Demi Moore señaló que su personaje finalmente alcanza un estado de libertad de las expectativas sociales y de los estándares fiscales por la industria del entretenimiento, especialmente los relacionados con la juventud y la belleza. "Se disuelve en la nada, de donde todos venimos", explicó Moore.
Margaret Qualley, por su parte, abordó el concepto de la transformación de Sue como un punto de inflexión en su evolución personal ya que la figura monstruosa de Sue no es simplemente un castigo, sino una oportunidad para que finalmente se acepte a sí misma, sugiriendo que al abandonar sus esfuerzos por cumplir con los estándares estéticos impuestos por la sociedad, Sue comienza a experimentar lo que realmente significa el amor propio y la autocomprensión.
"La Sustancia" es mucho más que una película de terror corporal; es una obra que invita a reflexionar sobre el precio que se paga por la búsqueda de la perfección externa. A través de su final desconcertante y su crítica feroz a los estándares de belleza impuestos por el sistema patriarcal, la película plantea preguntas fundamentales sobre quiénes somos realmente, más allá de nuestra apariencia física.
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