La Manigua

Una oposición balurda

Se pagan y se dan el vuelto, se quitan y se ponen de los puestos, entre apellidos y familias, tal como lo hizo Chávez y el madurismo

Una oposición balurda
María Cecilia Ghersi / La Manigua / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Uno quisiera poder contar con lo que alguna vez pensó que era una oposición que combatiera, en vez de vivir del sistema, al que dice querer abolir. Uno quisiera que la democracia siempre imperfecta, pero ideal, se sostuviera en debates que alimenten los argumentos en vez de darle suministros definitivos de razón al poder. Uno quisiera defender a capa y espada a aquellos que se autonombran adalides de la libertad, pero el circo abre sus carpas y abarca entonces narrativas que se difunden con el fin de colaborar con un entramado siempre complejo pero muy obvio, que termina por beneficiar a quien sostiene el mando y muchas veces consigue perpetuarse indefinidamente. 

Uno quisiera acudir a los que dicen librarnos de la crueldad de una dictadura saqueadora, pero a la cual sirven en bandeja de plata todos los elementos necesarios para que nada cambie, para que nada suceda, para que todo permanezca fingiendo pelear y así dan vida a un eterno y falso debate que enmarca las bases turbias de las “democracias” y dictaduras en nuestro nombre. Se hacen llamar “demócratas” e imitan todas las técnicas de convencimiento de una izquierda “revolucionaria” institucionalizada y bandida.

Uno quisiera tener un espacio para disentir sin que le dé vergüenza apoyar y abrir las puertas a otras ideas, a salir del patrón, de ese ciclo, que nos conduce a un lugar donde casi nunca sabemos lo que está pasando en realidad. Uno quisiera apoyar sin dudas a  quienes dicen dar la cara para sacarnos de la decadencia acostumbrada, pero hay intereses muy hondos, muy fuertes, muy económicos que se encadenan a la vida que las campañas, los acuerdos y las patrañas dan a la comodidad y futuro de quienes chupan la sangre de los ingenuos y los desvalidos. 

Esas oposiciones que no investigan, no llegan a la médula de la podredumbre, no persiguen sus objetivos en la ideología que dicen defender, se mimetizan con la historia del momento, y lo que es peor, practican las mismas políticas que denuncian en tribuna, no declaran patrimonios y dicen estar en contra de lo que alguna vez dentro del sistema, años atrás plantearon y votaron argumentando el beneficio del pueblo. Se pagan y se dan el vuelto, se quitan y se ponen de los puestos, entre apellidos y familias, tal como lo hizo Chávez y el madurismo.

Ahora, en Venezuela, esperamos una de las investigaciones más fuertes que podrían hacerle a una oposición que dice estar en el exilio viviendo de su trabajo honesto y el “activismo internacional” y tenemos la preocupación de si esa investigación arrojará terribles resultados sobre el dinero que nadie ha justificado proveniente de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) donde se canalizaron más de cien millones de dólares (suma total que nadie conoce) a un grupo de la oposición para financiar ayuda humanitaria durante la pandemia. Millones que nadie dice haber recibido y nadie puede justificar con exactitud. Todos los líderes de la oposición hasta hoy en el año 2025 callaron y se justifican reclamando que los colaboradores de Trump y Nicolás Maduro han planeado esta embestida en contra de la oposición venezolana por haber ganado las últimas elecciones celebradas en julio de 2024. Culpan a un gobierno imperialista que los deporta y los confunde, (al que adoran) y al mismo tiempo creen que les va a salvar.  Lo llaman venganza y entonces repiten sin vergüenza  las palabras que la dictadura viene exclamando hace casi tres décadas. “Es mentira, no tienen pruebas, algo están planeando para hundirnos” y lo último que les falta decir es que “aquí huele a azufre” pero esta vez para decirle a Trump que de qué sirvió apoyarlo si iba a salir con esta (vaina) mientras prometía salvar a Venezuela de las garras del madurismo. 

¿Cómo es que se atrevieron a denunciar el saqueo a la nación mientras la saqueaban desde unas ONGs sin nombre ni facturas? ¿Cómo es que duermen tranquilos al ver a los migrantes no tener ni con qué comer, ni con qué curar una fiebre en la frontera? ¿Cómo es que tienen la cara tan lavada que se atreven a llamar al voto a los barrios más desfavorecidos en salud y desnutrición? ¿Cómo es que llamaron ayuda humanitaria a un dinero que nadie vio en programas sociales ni nadie se encargó de difundir en resultados palpables? ¿Cómo es que se proclaman salvadores desde un algo que no existió? ¿Por qué le jugaron así a los suyos que han caído una y otra vez en sus convocatorias? ¿Cómo es que no les duelen los futuros de esos niños y jóvenes que los apoyaron en el 2024? ¿Cómo es que se atreven a convocar a los jóvenes a la calle para que pongan el cuerpo que ustedes nunca pondrían? ¿Con qué cara se atreven a llamarse oposición?. 

¿Saldrá a la luz la investigación? No sabemos. Muchas manos tejen y destejen ese entramado pacto de sueldos caídos, deudas, contratos, salvoconductos y premios políticos. El nivel democrático, o lo que dicen ejemplificar, se les cae como la cabeza de Hugo Chávez, que andaba rodando por todas las ciudades de Venezuela el pasado julio. La mediocridad les llega hasta el cuello, la incongruencia los rebana, los iguala, los hace ser eso que odian y que en micrófono denuncian, pero en casita callan. Una narrativa sin sentido común que lastima y sumerge al pueblo venezolana en una nada imperdonable.

Me encantaría apoyar sin restricciones a una oposición que le apueste a la vida real de los venezolanos. Lo intento con esperanzas en cada ciclo y en cada uno me entristezco más.

POR MARÍA CECILIA GHERSI PICÓN

PAL

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