Columna invitada

La era de la desinformación

Las redes sociales tienen la responsabilidad de garantizar que el contenido que difunden sea preciso

La era de la desinformación
Gabriel Torres Espinoza / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La desinformación en las plataformas digitales se ha convertido en una amenaza latente para la integridad de las democracias contemporáneas. La reciente decisión de Meta, empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, de eliminar su programa de verificación de datos en favor de “notas comunitarias”, plantea serias interrogantes sobre el futuro de la información en el ámbito digital y su impacto en los procesos democráticos.

Desde su implementación en 2016, el programa de verificación de datos de Meta buscaba mitigar la propagación de noticias falsas al colaborar con organizaciones independientes que evaluaban la veracidad de las publicaciones. Sin embargo, la transición hacia un modelo donde los propios usuarios señalan contenido potencialmente engañoso, podría resultar contraproducente. Aunque se promueve como una iniciativa para abrazar la libertad de expresión, esta medida facilita la difusión de información errónea, ya que carece del rigor y la imparcialidad que aportan los verificadores profesionales.

Las plataformas digitales, al priorizar la inmediatez y el ‘engagement’, amplifican contenidos que apelan a las emociones, independientemente de su veracidad. Esta dinámica crea cámaras de eco donde las personas se ven expuestas principalmente a información que refuerza sus creencias preexistentes, dificultando el diálogo y el entendimiento mutuo. Sin filtros efectivos, las noticias falsas influyen en la opinión pública, manipulan procesos electorales y fomentan discursos de odio. La experiencia ha demostrado que actores malintencionados explotan estas vulnerabilidades, para sembrar discordia y desestabilizar naciones.

Es imperativo reconocer que las plataformas de redes sociales desempeñan un papel crucial en la forma en que los grupos sociales se comunican y organizan en la actualidad. Al convertirse en las principales fuentes de información para millones de personas, estas plataformas tienen la responsabilidad de garantizar que el contenido que difunden sea preciso y confiable. La autorregulación, aunque deseable, no siempre es suficiente. Es necesario un equilibrio entre la libertad de expresión y la protección contra la desinformación, lo que implica la implementación de políticas más estrictas y la colaboración con expertos en la materia.

La decisión de Meta de eliminar su programa de verificación de datos representa un retroceso en la lucha contra la desinformación. Para salvaguardar la integridad de las democracias, es esencial que las plataformas digitales adopten medidas proactivas que combinen la promoción de la libertad de expresión con la responsabilidad de ofrecer información veraz y de calidad. Solo así se podrá garantizar un entorno informativo que fortalezca, en lugar de debilitar, los cimientos plurales de nuestras sociedades.

POR GABRIEL TORRES

Prof. e investigador en la Universidad de Guadalajara
@GABRIELTORRESES

MAAZ

 

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