Desde El Trabajo

Territorio: El alma y espíritu del movimiento - Parte 1

En la Ciudad de México, el trabajo territorial es tan antiguo como la existencia de los pueblos originarios y ha evolucionado con el crecimiento demográfico de la capital, impulsado por la migración del interior del país, formando nuevas colonias, unidades habitacionales y barrios, entre otros

Territorio: El alma y espíritu del movimiento - Parte 1
Juan Rubio Gualito / Desde El Trabajo / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Al escribir este artículo, lo primero que vino a mi mente fueron mis inicios como militante de la izquierda, donde escuché a “la vieja guardia” hablarme de lo estratégico del trabajo territorial. Me insistían en la necesidad de estar presente día a día en las calles, tanto en las fiestas populares como en los velorios, en períodos electorales y ordinarios, movilizando o "ayudando a los vecinos" a gestionar trámites, pues todo eso era trabajo político. En aquella época, el trabajo territorial era complicado, ya que en muchos casos solo se podía realizar los domingos debido a las cargas profesionales; muchas otras veces lo hicimos al terminar la jornada laboral o dentro de los propios centros de trabajo; otros compañeros lo hacían desde sus pequeños negocios, otros de manera militante en su organización popular; pero siempre desarrollándose los siete días a la semana.

Este actuar político, a veces instintivo, rompía con lo enseñado en las universidades, donde a los estudiantes de Ciencias Políticas se les decía que los líderes barriales y sindicales en la Ciudad de México únicamente trabajaban bajo el esquema de relación clientelar. Basta con ver los planes y programas de estudio de las mismas. A propósito de este recuento, me parece importante subrayar que toda esta retórica clasista fue desmitificada con la llegada de la izquierda al poder en 2018. Pero, más allá de la etiqueta estigmatizante de clientelismo, tenemos que ser autocríticos: en la izquierda hemos analizado poco este trabajo.

En la Ciudad de México, el trabajo territorial es tan antiguo como la existencia de los pueblos originarios y ha evolucionado con el crecimiento demográfico de la capital, impulsado por la migración del interior del país, formando nuevas colonias, unidades habitacionales y barrios, entre otros.

Este fenómeno dio origen a formas primarias de organización, donde la gente no solo buscaba escucharse mutuamente, sino construir estructuras colectivas que actualmente se materializan a través de nuestro partido-movimiento, Morena, el cual fue construido como la síntesis de miles de experiencias de lucha. Salimos casa por casa a decirles a obreros, campesinos, amas de casa, comerciantes, estudiantes, entre otros, que la izquierda tenía una propuesta organizativa y de gobierno, encabezada por Andrés Manuel López Obrador. En este contexto, el trabajo de base en los territorios, aquel que llamamos reivindicativo (agua, vivienda, trabajo, etc.), estaba directamente conectado con un programa político-electoral, por lo que nos decidimos a articular las citadas luchas concretas con una común bajo la consigna de "¡Por el bien de todos, primero los pobres!".

POR JUAN RUBIO GUALITO

COLABORADOR

EEZ

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