Sin el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se celebrará la IX Cumbre de las Américas. Será el único país grande no representado al máximo nivel en esta reunión que a partir del miércoles acogerá a los líderes del hemisferio occidental.
La polémica que se generó a raíz de la decisión de Estados Unidos de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela, y la posición del presidente mexicano de no asistir a la cumbre por este motivo, ha ensombrecido esta reunión considerada por la administración estadounidense como “el evento de mayor prioridad del presidente Joe Biden para la región”.
La ausencia de México es notoria y refleja el mal estado en el cual se encuentran las relaciones políticas entre los presidentes de ambas naciones.
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Ahora bien, la región latinoamericana es mucho más amplia que las fronteras mexicanas y las ausencias de unos abren el espacio para un mayor protagonismo de otros.
En este sentido, hay que destacar principalmente a Argentina , cuyo Presidente ha sabido manejar bastante bien el complejo entorno internacional de los últimos meses.
En el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania, el mandatario argentino, Alberto Fernández, se deslindó de las amistades incómodas de Putin, y en su búsqueda de inversiones y negocios para el país, se acercó a los líderes europeos. Lo vimos hace poco reunirse con Olaf Scholz, de Alemania; Emmanuel Macron, de Francia y Pedro Sánchez, de España.
Argentina ha utilizado sabiamente su presidencia en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para presentarse al mundo como el representante de toda América Latina.
Por ejemplo, en esta calidad el país fue invitado a la reunión del G7 en la segunda mitad del año a Alemania. En la Cumbre de las Américas, el presidente Fernández intentará aprovechar también esta ventaja.
Su mensaje se centrará en advertir sobre las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania, así como en subrayar la necesidad de una Latinoamérica unida y sin exclusiones. Otro foco de atención es Chile, cuyo presidente Gabriel Boric, la cara joven de la izquierda latinoamericana , se presentará a la región con un mensaje sobre la política exterior basada en la defensa de los derechos humanos, feminista y medioambientalista, empatando muy bien con la agenda de Biden.
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Hablará también sobre la necesidad de un mayor liderazgo de América Latina en el mundo y de no excluir a ningún país del diálogo. Asimismo, denunciará las consecuencias sociales y de derechos humanos que ha generado la invasión rusa.
Estados Unidos no logrará reunir alrededor de la mesa a todos los líderes de las américas para tratar los objetivos de la Cumbre entre los cuales se encuentra fortalecer la respuesta ante la pandemia (generada por el COVID-19), fomentar una recuperación ecológica y equitativa, construir democracias fuertes y abordar la migración irregular. Pero la administración Biden trabajará con quién se pueda y los dispuestos a hacerlo no son pocos. Así la realidad de una América Latina dividida que sigue soñando con la unidad y luchando contra los fantasmas del pasado.
POR BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@BEATAWOJNA
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