El presidente Andrés Manuel López Obrador dará hoy su conferencia mañanera desde el priista estado de Hidalgo, el cual tiene precampañas, y elecciones (en cosa de cuatro meses) para renovar el gobierno estatal. El resto de la agenda, marca también la inauguración, en época casi-casi electoral, de una sucursal del Banco del Bienestar en la comunidad de Tepeapulco, Ciudad Sahagún, en esa entidad. Es decir, que se espera que hoy se abra, y se haga alharaca de ello, una de esas oficinas de gobierno de la 4T donde se entregan recursos en efectivo, para cumplir con los diversos programas sociales-universales, en medio de un proceso electoral abierto.
Pero, además de ello, ¿a dónde llega el Presidente a hacer una gira de trabajo? A un estado considerado uno de los últimos bastiones priistas del país, junto con el Estado de México, y a la entidad que gobierna el actual presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), Omar Fayad.
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La visita del Presidente no está desprovista de contexto. Esta entidad es una de las que estarán más competidas en la elección estatal de junio. Hay, dicen algunos, tercios: está el precandidato de Morena, el senador Julio Menchaca; está la precandidata del PAN, la secretaria general del PRI Carolina Viggiano, y está el tres veces excandidato al gobierno estatal y hoy precandidato de Movimiento Ciudadano, Francisco Xavier Berganza.
La tríada tiene muchas lecturas. La principal de ellas: que nada, aún, está dicho. Que todo está por hacerse. Arrebatar ese territorio al PRI, en las elecciones de este año, sería simbólico (¿acaso, premonitorio?) de lo que ocurra en 2023 en el Edomex y Coahuila.
EL PERFIL DIPLOMÁTICO DE JESUSA
Conocí de cerca a la senadora Jesusa Rodríguez en 2006. Justo tras la elección entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador. Ella es hoy la propuesta para ser nuestra embajadora en Panamá, en lugar de Pedro Salmerón.
Podría contar las habilidades diplomáticas de la senadora. Cuando, como reporteros, nos tocó retratar y reportar el día a día del plantón en Paseo de la Reforma de AMLO, desde julio de 2006, la senadora Rodríguez era la encargada de amenizar –con sus dotes histriónicos– los momentos previos a los discursos del entonces ex candidato y cuasi Presidente Legítimo.
Era el momento preciso para pedir a los seguidores de López Obrador que arrojaran monedazos a los representantes de los medios de comunicación, porque estaban mandando notas respecto a que el campamento de Paseo de la Reforma estaba semi vacío, lo cual estaba, efectiva y gráficamente. Acto seguido, nos llovían metales acuñados en la Casa de Moneda. El recordatorio de un gesto, como retrato.
ONÉSIMO: CON DIOS Y CON EL DIABLO
Onésimo, por enésima (y última) vez. Onésimo, siempre Onésimo, dando la nota. Esta vez, la de su muerte por complicaciones a causa de COVID-19, la noche del lunes 31 de enero. Incluso valió una mención del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera de antier, en la que dio sus condolencias a los deudos. El Obispo Emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, era polémico, terrenal y trascendental. Personaje que presumía estar con Dios y con El Diablo, al referirse a sus cercanías con el poder político y empresarial, y a la vida dedicada a Cristo. Fue muchas cosas, y pocas se pueden contar de primera mano.
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Ayer, hace exactamente 20 años, el 2 de febrero de 2002, coincidimos y festejábamos juntos, por su cumpleaños, a Rubén Mendoza Ayala, el panista ex alcalde de Tlalnepantla y excandidato al gobierno del Edomex, quien estuvo la primera mitad de esa campaña 20 puntos arriba de Enrique Peña Nieto, hasta que recibió –de un lugarteniente del priista– una propuesta que no pudo rechazar, y abandonó sin abandonar la campaña. Y hoy, justo hoy, escribo sobre la muerte de Onésimo. Una vez más, como dijo Borges, a la realidad le gustan las simetrías y los ligeros anacronismos.
POR HUGO CORZO
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