A lo largo de la historia, la música se convirtió en un medio de protesta, resistencia, denuncia ante las injusticias sociales; sin embargo, dentro de la visibilización de las luchas sociales y políticas el papel de las mujeres había quedado relegado hacia un segundo plano, pues en un sistema dominado por hombres y una industria que desestima el talento femenino, hacer canciones llenas de rabia se volvió un acto contestatario y una herramienta de acción para romper las normas establecidas.
Es así como a lo largo de las décadas han surgido discos emblemáticos que no solo son considerados como obras maestras de la música, sino que también son vistos como gritos sonoros de resistencia contra las injusticias sociales que, aún hoy en día, siguen atravesando a mujeres de todo el mundo.
No es un secreto que las mujeres, a lo largo de la historia, han sido objeto de discriminación y violencia, pero sus voces, aunque a menudo silenciadas, encontraron una cámara de eco en la música. Desde el blues hasta el punk, pasando por el rap, el folk y el rock, las mujeres usan la música como una forma de resistencia activa frente a los sistemas patriarcales, racistas y clasistas que las oprimen. A través de distintos álbumnes se denuncian abusos, llaman a la acción y reflejan tanto sus experiencias personales como las luchas colectivas.
3 discos llenos de rabia femenina para protestar con música
Desde la opresión política hasta la discriminación de género, pasando por la violencia racial y económica, estos discos abordan cuestiones profundas que afectan a diversas comunidades, subrayando las dificultades de mujeres comprometidas con causas más grandes que ellas mismas. Es así como en esta nota exploraremos tres discos de protesta hechos por y para mujeres que usan sus voces y su música para desafiar los sistemas opresivos.
Fotografía: Pinterest/penelope.
"Pussy Whipped" de Bikini Kill (1993)
El punk es un terreno fértil para la protesta y Bikini Kill, como banda precursora del movimiento Riot Grrrl, no fue la excepción, por lo que este disco es un grito sonoro del feminismo radical que rompió con los convencionalismos de la industria musical y dio voz a la juventud feminista de los años 90. Aunque el punk se había posicionado como una resistencia a las estructuras de poder, los grupos estaban dominados únicamente por hombres.
Fue ahí donde Kathleen Hanna, vocalista de la banda, manda a todos los hombres al fondo de los escenarios para convertirse en una de las figuras más representativas del movimiento femeniino, empoderando a las mujeres a través de sus letras directas y reivindicatorias. Canciones como "Rebel Girl" y "Double Dare Ya" son himnos de lucha, que no solo se oponen a la opresión de las mujeres, sino que también critican las expectativas sociales y el trato que la sociedad impone sobre las mujeres jóvenes, abrazando la furia y la energía juvenil para plantear una revolución de género. Su música se convirtió en el detonante para una nueva ola de feminismo, una que desafió el status quo tanto en la sociedad como dentro del movimiento musical en sí.
"Mississippi Goddam" de Nina Simone (1964)
En pleno apogeo del Movimiento por los Derechos Civiles en los Estados Unidos, Nina Simone se alzó como una de las voces más poderosas en la lucha contra la discriminación racial. Con un legado que combina jazz, blues, música clásica y soul, Simone no se limitó a la interpretación, pues su música fue un acto directo de protesta, por lo que este disco es un testimonio de su indignación frente a las injusticias raciales que, en la década de 1960, se encontraban en todos los rincones.
De acuerdo con la historia, el álbum fue lanzado en un momento en que el sur de Estados Unidos estaba plagado de actos de violencia racista, especialmente después del asesinato de tres activistas en Mississippi en 1964. La canción que da nombre al álbum, "Mississippi Goddam", es un grito de furia contra el racismo institucionalizado, expresando la desesperación ante la brutalidad del sistema, mientras que se fusiona la agresividad del jazz con la solemnidad del gospel, creando una atmósfera de resistencia.
"1977" de Ana Tijoux (2010)
La cantante, compositora y productora chilena, es una de las artistas más representativas del movimiento de protesta en América Latina, especialmente dentro de la música urbana y el hip-hop. Este disco es un testimonio poderoso de su habilidad para combinar la crítica social con un estilo musical innovador, fusionando hip-hop, música latina y jazz. Este álbum no solo marcó un hito en su carrera, sino que también consolidó a Tijoux como una de las voces más importantes de la resistencia y la denuncia en el continente.
El contexto social en el que 1977 fue lanzado es clave para entender su impacto ya que en ese momento, América Latina seguía enfrentando desafíos relacionados con las dictaduras militares, la violencia social y las luchas por la justicia, Tijoux, quien creció bajo la sombra de la dictadura militar en Chile, utiliza su música para reflexionar sobre el pasado y sus implicaciones en la sociedad contemporánea. Uno de los himnos de este disco es "Antipatriarca" que se convirtió en una de las declaraciones más explícitas de la cantante en contra del sistema patriarcal; en ella, la artista se posiciona como una mujer que desafia las normas impuestas por una sociedad dominada por los hombres, creando una obra que no solo lucha contra la opresión política, sino también contra la discriminación de género.
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