Con el objetivo de ofrecer una aproximación más íntima a la vida de Frida Kahlo, el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA) presenta Kahlo sin fronteras, una exposición que documenta cómo su padre, Guillermo, fue una gran influencia para que incursionara en la fotografía y en la pintura, para su interés en temas como la anatomía y la medicina, y para que considerara al arte como un instrumento para sanar el alma.
En entrevista, Cristina Kahlo, fotógrafa y curadora de la muestra que concluye en agosto próximo, explicó que se trata de una exposición en la que la “frontera” hace referencia al interior y exterior del cuerpo de la artista mexicana.
“Considero que es una exposición interesante y diferente a lo que se ha visto de ella, aunque en ésta no encontramos ninguna obra emblemática de Frida, tocamos una arista muy importante que nos habla de su creación más temprana, de su trayectoria y de su vida”, detalló.
Y agregó: “Me gusta preguntarme qué sería de ella si no hubiera tenido el accidente en el autobús, quizá estaríamos hablando de cómo Frida se fue a estudiar a la Facultad de Medicina”.
Cristina Kahlo contó que la exposición presenta una serie de retratos que la pintora realizó a las personas más cercanas a ella, autorretratos fotográficos (su primera incursión en la fotografía por influencia de su padre) e imágenes que la presentan postrada en la cama pintando sus primeros óleos; así como una serie de cartas, radiografías y órdenes médicas.
En este sentido, compartió que Kahlo sin fronteras se conforma por materiales y archivos que provienen de recintos como el Museo de Filatelia de Oaxaca (MUFI), instituciones como el Hospital ABC —que antes se llamaba The American British Cowdray Hospital— y otras colecciones.
“De alguna forma todo se va entrecruzando, considero que las fotos y documentos nos muestran una faceta diferente de Frida en el arte, también hay una documentación importante que aporta datos médicos que nos permiten reconstruir cómo eran los hospitales de ese tiempo y cómo era la medicina en general”, sostuvo Cristina Kahlo.
También puede apreciarse un espacio donde permanecen los retratos que le hicieron algunos de los fotógrafos más emblemáticos de la época como Manuel y Lola Álvarez Bravo, Nickolas Muray, Raúl Anaya, Antonio Kahlo y su padre Guillermo Kahlo, por ello se puede conocer, incluso, parte de la infancia de la autora de Diego y yo.
Por último, Cristina refirió que existe una sección en la que se muestran partes de las batas que utilizó la artista en las múltiples ocasiones que ingresó a un hospital, pues en ellas limpiaba sus pinceles, dejando así un registro de la paleta de colores que ocupó en algunas de sus obras.
“A Frida se le ve pintando en el hospital, es decir, nunca deja de producir, fue un aspecto importante en su vida”, añadió la curadora.
LSN
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