Al Doctor Patán le estaba costando conciliar la presencia indiscutida en la 4T del compañero Cuau, que es mucho más que un aficionado al golf y los besos pipos, con el hecho de que somos el movimiento más feminista del planeta, presidido eternamente por el Ex Quinto Presidente Más Popular y Feminista del Mundo (EQPMPYFDM), capitaneado por la Presidenta Con la Que Llegaron Todas (PCLQLLT) y legislado por dos cámaras orgullosamente con paridad de género, de esas que hacen palidecer de envidia a Escandinavia, por decir.
O sea, sí estuvo medio heterodoxo lo del otro día en San Lázaro, con tanta compañera gritándole que no estaba solo, sin darle voz a la media hermana que lo acusó de intento de violación, pero sí a él, y exonerándolo de la carga del desafuero. De veras no hallaba cómo acallar mis dudas, ese veneno burgués, particularmente cuando me di cuenta de que entre las compañeras que lo escoltaban con sus cuerpas estaba el camarada Pedro, del que no sabía hasta entonces que era mega feminista.
Lo que pasa es que la 4T no se equivoca. A veces parece que sí, pero entonces hay que sentarse, contar hasta 10, pensarle tantito y constatar que, lejos de ello, acierta de lleno en todo lo que hace y dice. La palabra me vino a la cabeza de golpe, como una iluminación: “sororos”, un nivel superior al de “aliade”.
La 4T ha reinventado el feminismo, que incluye a una categoría de compañeros, hombrecitos de los pies a la cabeza, cuya función va más allá de solidarizarse con las mujeres: es orientar los impulsos muy respetables y hasta conmovedores de nuestras compañeras, siempre necesitadas del temple y la sabiduría de hombres como el camarada Pedro, que no en vano, explicó, fue criado por su ma. Esos son los “sororos”.
¿Que en San Lázaro parece encenderse una insurrección bienintencionada, pero injusta en su buena fe, de las compañeras diputadas, como la que amagó con perjudicar al Cuau? No hay problema. El Doctor Monreal, que ya dijo que respeta y quiere mucho a las damitas –yo creo que porque también lo crió su ma–, las llama y, con la paciencia de un Yoda de izquierda, las convence de volver al redil.
¿Que surge otra insurrección y ese día el doctor está ocupado? Siempre están Adán Augusto, muy pendiente en el IPad de las necesidades de las compañeras, o el presidente Noroña, que, recuerden, ya lloró al recordar a su abuelita, que lo sacó adelante con su esfuerzo humilde y al hacerlo le inculcó –esto no lo dijo, pero es fácil inferirlo– la pasión indesmayable por el trabajo duro, productivo y honesto. Si se ocupa, también está por ahí mi Macedonio, que no en vano impulsó a su hija a la gobernatura. Sororísimo.
Otra reflexión de aquí su Doctor es lo acertado que resulta eso de “llegamos todas”. Sí, llegaron. ¿Saben por qué? Porque en la 4T todos somos feministos.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
MAAZ