Lo disruptivo parte de la capacidad de romper con las reglas y las formas de hacer las cosas; los avances tecnológicos y los nuevos canales de comunicación, dominados por los medios digitales fundamentalmente, las aplicaciones y las redes sociales, nos llevan a enfrentar modelos innovadores y creativos, para diseñar nuestras estrategias de comunicación.
No se trata solo de la comunicación comercial o pública; nos referimos también incluso a nuestra comunicación personal, en la que se incluyen nuevos términos y conceptos, que en ocasiones resultan extraños, pero que paulatinamente se vuelven cotidianos.
El manejo de nuestros mensajes en las redes sociales, en las que poco a poco nos hemos visto obligados a participar, nos lleva a cuidar nuestras expresiones, ya que una vez emitido un mensaje, éste forma parte de nuestra imborrable memoria digital, lo que para muchos es difícil de pensar, pero que a final de cuentas es la realidad a la que nos enfrentamos.
Así nuestro reto para 2025, será romper reglas, y la forma en que expresamos nuestros pensamientos y opiniones. Ser disruptivo nos permitirá avanzar, y mantenernos a la vanguardia, lo que resulta relevante para los profesionales de la comunicación.
Para quienes se han mantenido al margen de participar en las redes sociales, ha llegado el momento de decidir entre el anonimato, o aparecer y enfrentar los nuevos tiempos de las tecnologías digitales.
POR FERNANDO A. MORA GUILLÉN
X: @Fernando_MoraG
Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana.
Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez para la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información
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