El Palacio de Bellas Artes está en el corazón del pueblo de México. Es el referente simbólico de una nación con historia, con memoria artística y cultural abierta al mundo. Es el recinto más importante del arte y la cultura en México y simboliza reconocimiento a la búsqueda de excelencia en la expresión artística nacional e internacional, pero también de la esperanza. Bellas Artes, como le dice la gente, es el lugar donde la utopía motiva, como decía Eduardo Galeano, a seguir andando.
Ubicado en pleno Centro Histórico, la historia de su arquitectura y ornamentación refleja los signos de un tiempo mexicano. Pasó de ser proyecto de Teatro Nacional del porfiriato y celebración de la Independencia, a convertirse en una obra que resiente la revolución armada, social y cultural más profunda del siglo XX. Tomó 30 años su construcción. Adamo Boari hizo el diseño, realizó los primeros bocetos y encargos a destacados artistas europeos. Ignacio Mariscal culminó la majestuosa obra que abrió sus puertas un 29 de septiembre de 1934.
El Palacio de Bellas Artes es síntesis de nuestra diversidad. En sus elementos decorativos, los símbolos profundos de nuestra iconografía conviven en armonía con la obra de destacados creadores como Géza Marotti, Leonardo Bistolfi, Alfred Roth o Aladar Körösföi. Ahí se miran Apolo y Musas de las artes, con Tláloc o los mascarones mayas, rodeados por plantas endémicas mexicanas investidas de un estilo Art Nouveau y un Art Déco.
Cada rincón del Palacio de Bellas Artes sorprende con la presencia de grandes artistas de la música, la ópera, la danza y el teatro, expresión que devolvimos a la Sala Principal en honor al teatro clásico con que se inauguró. El Museo del Palacio de Bellas Artes ofrece nuevas lecturas de la obra de importantes creadores, nacionales e internacionales, como Ángela Gurría; Señales que conmemora este 90 aniversario. El Museo Nacional de Arquitectura invita a reflexionar sobre el patrimonio artístico con la muestra Palacio de Bellas Artes, Memoria de arte y arquitectura” que se inaugura el 25 y 26 de septiembre en el propio Museo, en las Rejas de Chapultepec y en la estación del Metro Auditorio Nacional.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura federal, ejerce la alta responsabilidad de proponer rutas, exploraciones y conversaciones de política artística a través de la programación nacional e internacional de las agrupaciones que tienen su casa en el Palacio de Bellas Artes: Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta de Cámara de Bellas Artes, Compañías Nacionales de Danza, Teatro y Ópera, Estudio de la Ópera de Bellas Artes, Solistas Ensamble, Coro de Madrigalistas, Concertistas de Bellas Artes. Este 90 aniversario, el Palacio de Bellas Artes expresa la consolidación de una postura ética donde las experiencias artísticas no responden ya a un solo canon, sino que, de manera consciente, se abrieron a la diversidad estética, lingüística, sexual y cultural contemporánea, sin perder el espíritu de excelencia. El mismo 29 de septiembre, dos emblemáticas agrupaciones dialogan por primera vez en su historia en la Gala Conmemorativa 90 Aniversario, el Ballet Folklórico de Amalia Hernández y la Orquesta Sinfónica Nacional. También se cancelará un timbre postal y se llevará a cabo el Magno Sorteo en honor del Palacio.
En resonancia con esta postura del Inbal, en el Palacio de Bellas Artes resuena el reconocimiento de la afrodescendencia en nuestra cultura, las múltiples fusiones y trabajos interdisciplinarios, el impulso a la presencia de artistas mexicanos que han triunfado en la danza internacional, el homenaje sinfónico a compositores emblemáticos, como Gonzalo Curiel, al tiempo que se interpretó por primera vez la música para piano de Silvestre Revueltas, recuperada por el Inbal, a través del Cenidim, en un proyecto de gran envergadura, como parte de esas celebraciones.
Con apoyo presidencial se invirtieron más de 100 millones de pesos para el cambio de las subestaciones eléctricas, restaurar cúpulas, subterráneos y el Museo Nacional de Arquitectura, nivelar los pórticos, además de cambiar la concha acústica de la Sala Principal. El Palacio de Bellas Artes, declarado monumento artístico y patrimonio de la humanidad, es un legado para las presentes y futuras generaciones. Mi agradecimiento a todos los trabajadores, hombres y mujeres, quienes se enorgullecen de pertenecer al Instituto y que aman este Palacio al que le dedican su energía y su afecto.
El Palacio de Bellas Artes seguirá siendo espacio para la libertad creativa, la libertad de expresión. La vida es arte y el arte solo existe en libertad.
POR LUCINA JIMÉNEZ
@LUCINAJIMENEZ
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