Vivimos días espeluznantes. Ayer fue Halloween, mañana será Día de Muertos, y el próximo martes 5 de noviembre, se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Un hecho que, sin duda, marcará el rumbo y el futuro inmediato de nuestros mundos físico y digital.
Existe un, relativamente nuevo, término aterrador en nuestras vidas; “deepfake”, el cual según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), se puede definir como “Contenido sintético generado mediante el uso de técnicas de inteligencia artificial, que altera o crea contenido digital de manera que parece auténtico. Puede incluir imágenes, audio o video que ha sido manipulado o generado sintéticamente para representar de manera engañosa a personas diciendo o haciendo cosas que nunca dijeron o hicieron”.
Te compartiré un caso de este año que ilustra los riesgos de los deepfakes en las fechas que estamos viviendo. En enero de 2024, se suscitó un incidente significativo cuando circularon grabaciones de audio falsas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, supuestamente solicitando a los votantes que no participaran en las elecciones primarias de New Hampshire. Las grabaciones, creadas con inteligencia artificial (IA), imitaban convincentemente la voz de Biden, e incluso incluían su característico patrón de habla.
Imagina que te llama personalmente el presidente, ¡el presidente!, para darte un mensaje y pedirte un favor. Es difícil de imaginarlo, pero es una actividad que si realizan los presidentes en turno durante el periodo electoral. Y es tan convincente su voz y su mensaje que lo más natural es atender la solicitud del “presidente”.
Este incidente fue particularmente preocupante porque las llamadas se realizaron a miles de votantes; el audio era lo suficientemente convincente como para engañar a muchas personas y tener un efecto real en el resultado; el momento elegido fue estratégico; y éste representa uno de los primeros casos importantes de uso de deepfakes para interferir directamente en un proceso electoral de nuestra era.
Este caso demuestra cómo los deepfakes están evolucionando rápidamente, más allá de los videos manipulados, hacia otras formas de engaño más sutiles, pero igualmente peligrosas, que podrían tener un impacto real en los resultados del próximo 5 de noviembre. Afortunadamente, las autoridades electorales y el FBI detectaron este hecho y pudieron intervenir rápidamente para alertar al público sobre la falsedad de estos mensajes.
Los deepfakes se han convertido en una amenaza real para la estabilidad social. Y lo más aterrador es que esto es solo el comienzo - la tecnología seguirá evolucionando y haciéndose más accesible, por lo que es fundamental fortalecer nuestros sistemas de seguridad y defensa.
Tras investigaciones, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) impuso una multa de un millón de dólares al proveedor estadounidense de sistemas de comunicaciones Lingo Telecom por transmitir estas “robocalls” que utilizaron la imitación de la voz del presidente Biden.
Al final, todo este caso parece que quedó en un susto… ¡esperemos!. Desde Metabase Q ofrecemos soluciones de seguridad y fomentamos un entorno digital más seguro y confiable para todas y todos.
POR: DIEGO RODRÍGUEZ HENRY // STRATEGY POLICY CONSULTANT
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