Las relaciones entre México y Estados Unidos son cada vez más conflictivas y las mayores consecuencias serán resentidas por quien resulte sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, es el resumen de un reciente análisis del Grupo Eurasia, uno de los más importantes grupos comerciales de análisis político y de riesgos.
El gobierno estadounidense anunció formalmente, la semana pasada, el inicio de un proceso de consulta para resolución de disputas, contra una política energética que en su opinión es violatoria del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), al privilegiar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en desventaja de inversores estadounidenses y de convenios existentes. El gobierno canadiense se unió a la queja, que aborda también lo que se asegura es una desviación de los Acuerdos de París contra el cambio climático y los problemas de la empresa petrolera estatal PEMEX para cumplir con los compromisos sobre contenido máximo de azufre.
La posibilidad de la denuncia había sido anunciada ya hace meses, así que no fue sorpresa para nadie, aunque el momento, días después de una visita del presidente López Obrador a Washington, acentuó la impresión de mayores y más confrontacionales problemas en relaciones que se han basado en "aislar" temas conflictivos y el retórico recurso del "acuerdo en estar en desacuerdo".
Los problemas de delincuencia organizada y seguridad en México son cada vez más objeto de atención en EU, donde hay señalamientos respecto al impacto de los cárteles mexicanos del narco, sus vínculos con proveedores chinos de productos químicos y preocupaciones sobre la cooperación bilateral.
El reciente arresto del viejo capo Rafael Caro Quintero, fue visto como un gesto simbólico de apaciguamiento.
Las últimas cifras de las autoridades migratorias estadounidenses reflejan un incremento considerable en el número de mexicanos detenidos en la frontera, luego de una disminución igualmente importante la década pasada.
México continúa, de cualquier forma, como el principal aliado estadounidense para detener caravanas de migrantes de Centroamérica hacia Estados Unidos. En ese sentido se recuerda que López Obrador presentó una serie de propuestas que el gobierno del presidente Joe Biden declinó en principio.
Más allá, sin embargo, queda el reconocimiento de que el proceso de queja dentro del T-MEC tomará meses y tanto como dos años, pero dado el compromiso del mexicano con sus políticas energéticas, el Eurasia Group vaticinó que "parece que las consecuencias las sentirá principalmente el sucesor de López Obrador".
Peor aún, concluyó, "esta disputa energética sugiere que López Obrador no está dispuesto a dejar de lado una política energética nacionalista por vínculos comerciales o de inversión más profundos, a pesar de las oportunidades de nearshoring que brinda el T-MEC y la guerra comercial entre Estados Unidos y China".
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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