COLUMNA INVITADA

Ucrania y la UE: una oportunidad

La adhesión de esa nación a la Unión Europea es un asunto de intereses, pero también de principios

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El viernes pasado, la Comisión Europea oficializó la candidatura de Ucrania para ser parte de la Unión Europea (UE), una propuesta que ahora se discute en la cumbre del Consejo Europeo, en Bruselas. La decisión fue tomada tras la visita a Kiev, en las últimas semanas, de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, así como de distintos Jefes de Estado (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Rumania), quienes manifestaron su respaldo a la solicitud de adhesión formalizada en abril por el presidente Zelenski.

Si bien es apenas el primer paso en un proceso que demanda amplias reformas internas como requisito para emprender las negociaciones, la decisión representa un giro que podría cambiar el curso del conflicto con Rusia, e incluso incidir en la reconfiguración de la Unión Europea en el siglo XXI.

Hasta hace unos meses, habría sido impensable que los principales líderes europeos apoyaran una candidatura que durante años había enfrentado diversos obstáculos. No obstante, hoy Ucrania es la punta de lanza que podría inaugurar una nueva etapa de ampliación del bloque hacia el este, similar a la que a principios de siglo integró a repúblicas exsoviéticas y países como Bulgaria y Rumania. Junto con Ucrania, la Comisión respaldó la candidatura de Moldavia, además de recomendar la apertura de negociaciones con Albania y Macedonia del Norte, candidatos que habían permanecido sin avances sustantivos desde hace varios años.

Por supuesto, la adhesión de Ucrania a la UE es un asunto de intereses, pero también de principios.

Por un lado, es una decisión estratégica que podría fortalecer al bloque europeo para ampliarlo no sólo en tamaño, sino también en autosuficiencia de recursos y potencial de crecimiento en una economía global que tiende a la regionalización de los mercados. En términos de fortaleza militar, la ampliación territorial podría traducirse en el establecimiento de la frontera directa más grande de la historia moderna entre Occidente y Rusia, generando incentivos para un rearme generalizado en la región.

Por otro lado, no podemos ignorar que la invasión rusa ha convertido a Ucrania, de hecho, en la primera línea de defensa para los valores de la democracia liberal en Occidente. Su ingreso a la UE, junto con el de otros países, fortalecería las capacidades de Europa para defenderse frente a amenazas externas, como las que representa el actual intervencionismo ruso.

En este contexto, no es casual que la candidatura ucraniana cuente con el respaldo de los principales líderes europeos. Sin embargo, sí es notable que la adhesión de nuevos socios a la comunidad, una decisión que durante mucho tiempo estuvo determinada por criterios más bien técnicos –como la disciplina financiera–, sea hoy el resultado de criterios mucho más amplios. El giro es interesante: Ucrania pasó de ser una economía distante a un bastión estratégico.

Finalmente, la eventual incorporación de Ucrania como miembro la UE es, ante todo, una oportunidad de escribir un nuevo capítulo en la historia de Europa, así como una muestra contundente de que el europeísmo, la integración regional y los valores de la democracia liberal, pese a todos sus desafíos internos y externos, gozan de buena salud.

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU

SENADORA DE LA REPÚBLICA

@RUIZMASSIEU

MAAZ

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