DESDE AFUERA

No vamos a Los Ángeles porque...

Con toda franqueza se puede o no estar de acuerdo con la actitud de López Obrador y su demanda, pero tiene por lo menos una lógica política

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

De creer versiones, de la prensa argentina, trascendidas desde el gobierno de ese país, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene uno de los pretextos menos plausibles jamás presentados para declinar su asistencia a la IX Cumbre de las Américas.

"No voy, no puedo. Me lo prohíbe la Constitución. Sería una injerencia en los asuntos internos de Estados Unidos", dijo López Obrador a su homólogo argentino, Alberto Fernández, según Infobae.

Mientras, las versiones de los diarios La Nación y Ámbito Financiero, indican que López Obrador le comentó a Fernández que el argentino debía ir para que se escuchara la voz de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). "Nos representas a todos", precisó AMLO al razonar a Fernández porque debería asistir.

De acuerdo con esas referencias, ambos presidentes estaban deseosos de evitar costos políticos para el mandatario estadounidense Joe Biden. 

"Biden es gente buena, no tiene el corazón endurecido, pero hay grupos pequeños de intereses que actúan y amenazan", indicó Ámbito Financiero, al citar declaraciones del mandatario mexicano en su conferencia del viernes pasado.

Más allá de la inferencia de que AMLO decidió no asistir y no ha deshojado la margarita a la espera de una invitación formal, resulta difícil aceptar que haya argumentado que la Constitución le prohíbe la asistencia a un encuentro internacional por constituir una injerencia en asuntos internos de otros países. La interpretación es por lo menos peregrina.

La versión publicada por la prensa argentina parece más bien destinada a justificar la asistencia de Fernández, por su actual papel como presidente de CELAC, y de paso, realzar su figura política al incluir su posible interlocución directa con Biden, durante la Cumbre y, luego quizá en una visita formal a Washington en otoño, cuando se encuentra en medio de un choque político con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por la conducción del gobernante movimiento peronista, y cuando se espera busque la reelección el próximo año.

El mandatario mexicano ha señalado que no asistiría a la reunión de Los Ángeles en caso que no se invitara a todos los gobiernos de la región, incluso Cuba, Nicaragua y Venezuela, que en opinión del gobierno estadounidense no son naciones democráticas.

Con toda franqueza se puede o no estar de acuerdo con la actitud de López Obrador y su demanda, pero tiene por lo menos una lógica política. 

El alegato que citan los argentinos está fuera de lugar. Tanto porque la Constitución no le prohíbe al Presidente participar en reuniones internacionales donde, a querer o no, se tocarán los intereses de México y porque su aversión a salir del país es más que conocida.

En todo caso, si se confirma, podría interpretarse como renuencia a participar en un evento con el que no está plenamente de acuerdo y no quiere ofender a su presunto anfitrión.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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