OJOS QUE SÍ VEN

El terror de un avionazo

Esa historia nos dejó como lección que el más pequeño error de un controlador aéreo, la falta de capacitación de la tripulación, combinado con la corrupción, que en ese caso validó licencias para pilotos no aptos, pueden resultar en una terrible tragedia

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El último accidente de aviación sobre la Ciudad de México del que tengamos memoria fue en el que un Lear jet 45 de la Secretaría de Gobernación se estrelló contra el suelo de la colonia Lomas Virreyes el 4 de noviembre de 2008 en el que perdió la vida el entonces secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño y 15 personas más entre pasajeros, tripulación y personas en tierra. Aunque en el imaginario colectivo continua la idea de que ese pequeño avión fue derribado (nadie explica el cómo) por el crimen organizado, que en ese tiempo se enfrascaba en una cruenta guerra contra el gobierno de Felipe Calderón, la verdad histórica es que la aeronave se estrelló debido a que los pilotos perdieron el control al ingresar en la estela de turbulencia dejada por un enorme 767-300 proveniente de Buenos Aires, Argentina.

Esa historia nos dejó como lección que el más pequeño error de un controlador aéreo, la falta de capacitación de la tripulación, combinado con la corrupción, que en ese caso validó licencias para pilotos no aptos, pueden resultar en una terrible tragedia. Ahora, con el rediseño del espacio aéreo del Valle de México, ordenado por Víctor Hernández, ex titular de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, los casos de acercamientos peligrosos entre aviones se han multiplicado por decenas, muchos de ellos silenciados ante las amenazas de perder el trabajo o fincar responsabilidades. Han sido los pilotos los que, en dos ocasiones, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, han salvado a cientos de personas de chocar otro avión en pista, levantado el vuelo para evitar una tragedia.

El primer caso, el sábado 7 de mayo, entre aviones de Volaris y el miércoles 11 de mayo, entre un avión de Aeroméxico y otro de United Airlines. Son los pilotos que, con su capacitación y pericia, han evitado una colisión contra otro avión o contra macizos montañosos en el caso de la aproximación sur, en la cual las naves tienen que sortear el Tepozteco, el Popocatépetl y finalmente el Ajusco. La situación es grave. Las denuncias se han hecho tanto dentro como fuera de México, las cuales no han tenido el eco suficiente porque para Andrés Manuel López Obrador, presidente de nuestro país, esas advertencias son sólo politiquería y exageraciones de sus adversarios con el único objetivo, dijo: “los adversarios y los conservadores sólo quieren que nos vaya mal”.

La razón del presidente raya en lo pueril. Él es el único que ha politizado el elevado riesgo de volar en un espacio aéreo en donde no pueden coexistir de manera regular las rutas de aproximación de otro aeropuerto como es el caso de la base militar de Santa Lucía. En pocas palabras, el presidente debe entender que los aviones transportan personas, vidas humanas, y que cualquier incidente es y será su responsabilidad, ante su insistencia de tener un pequeño aeropuerto como emblema de su administración.

En la opinión pública, este elevado riesgo de accidente provoca distintas reacciones: desde quienes se quejan por el ruido en zonas donde antes no existía, hasta quienes no les importa porque jamás se han subido aun avión. Según el Banco Mundial, el 70 por ciento de los mexicanos nunca han usado un avión para trasladarse y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo ha revelado que los mexicanos somos los que menos volamos en América Latina con apenas 0.7 viajes en avión por año.

Un accidente de aviación no sólo mataría a cientos de personas si no se toman las medidas y decisiones correctas, también acabaría con las aspiraciones políticas de cualquiera para acceder o perpetuarse en el poder. Ojalá y este argumento los muevan para hacer lo que deben hacer.

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POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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