Hasta hace dos semanas, el mayor impacto previsto para la economía mexicana de una invasión de Rusia en Ucrania era limitado. Se hablaba de afectaciones a Europa por el precio del gas, sobre todo por la cancelación del gasoducto Nord Stream 2.
Pero esa fue una estimación incompleta, porque el impacto que tendrá la guerra en una cadena de precios será mayor a lo esperado. Veamos.
La revelación de las sanciones que Occidente ha impuesto al régimen de Vladimir Putin puso al mundo entero en jaque en un ámbito para el que nadie estaba preparado: los commodities; es decir, los productos indiferenciados cuya producción creíamos tener bajo control, pero que resultan estar más anclados a Rusia y a Ucrania de lo imaginado.
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Rusia no solo es el tercer productor de petróleo más grande del mundo; también es el número uno en exportación de trigo.
De hecho, 30 por ciento de toda la exportación mundial de trigo proviene de Rusia y de Ucrania. Asimismo, ambas son grandes productoras y exportadoras de maíz, con Ucrania posicionada como la cuarta potencia exportadora.
Además, la quinta parte de toda la cebada del planeta se genera en esos dos países.
Las severas sanciones que impiden que los bancos estadounidenses y europeos realicen transacciones con los bancos rusos más importantes, y el cúmulo de empresas que decidieron cortar lazos de negocio con Rusia, impide en los hechos que el flujo comercial de materias primas suceda con regularidad, lo que genera escasez brutal y ha disparado los precios de todo tipo de commodities. En los hechos esto se traduce en mayores precios e inflación.
Es muy difícil estimar la duración de una inflación derivada de un conflicto bélico. No obstante, incluso en un escenario de cese al fuego varias de esas sanciones tendrán una duración en el mediano plazo. En pocas palabras: la guerra rusa le recetó al mundo entero un golpe inflacionario en el peor momento, porque los precios ya estaban alterados tras la irregular recuperación por la pandemia.
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La encuesta de perspectivas económicas de Banxico ya refleja las primeras preocupaciones inflacionarias: los pronósticos de ese indicador se revisaron al alza: 4.68 por ciento para 2022 y 3.80 por ciento para 2023.
Este desafortunado regalo de Vladimir Putin al presidente Andrés Manuel López Obrador saldrá caro para las finanzas públicas mexicanas, y el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, tuvo que inventar un estímulo complementario a las gasolinas a través del IVA y el ISR. Y de algún lugar tendrá que salir ese dinero.
EMPLEO IMSS
El presidente López Obrador presumirá que por primera vez en la historia México logra crear un millón de empleos en un período de doce meses, de acuerdo con lo que reportó el IMSS de Zoé Robledo. Ojalá la tendencia siga.
POR CARLOS MOTA
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