Para no admitir equivocación, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enfatizó ayer uno de los errores que más costos internacionales podría cernir sobre su gobierno, dada la guerra que Rusia lanzó contra Ucrania.
AMLO rechazó cerrar el espacio aéreo mexicano y nuestros aeropuertos a la aviación rusa. Se refirió al tema al salir en defensa del secretario de Turismo, Miguel Torruco, quien el sábado tuiteó que saludaba con afecto a la prestigiada línea Aeroflot, esperando su pronta conectividad a la Ciudad de México. Ante la andanada de críticas a Torruco por ese tuit, AMLO le defendió y fijó postura oficial ayer: “No vamos a cerrar el país […] El secretario de Turismo dio a conocer que hay una relación con una aerolínea rusa y lo empezaron a atacar en las redes. Pues que se sepa: nosotros no nos vamos a cerrar a ningún país”.
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Esta determinación del Presidente es un error, porque en los hechos AMLO está apoyando a una aerolínea estatal de Rusia. 57 por ciento de las acciones de Aeroflot están bajo control de la Federación Rusa. En otras palabras: es una aerolínea del gobierno que invadió a Ucrania. No es privada. El anuncio del Presidente deja en manos de la aerolínea la decisión de volar o no a México, rodeando el espacio aéreo de la Unión Europea, porque ahí sí se le prohibió volar, lo mismo que en el de Canadá, Reino Unido y Noruega.
La empresa tiene vuelos a Cancún y tuvo que cancelarlos temporalmente tras esas prohibiciones. Los vuelos de Aeroflot a México sólo están inhabilitados hasta mañana miércoles 2 de marzo. En teoría podrá retomarlos en cualquier momento, siempre y cuando encuentre una ruta aérea para llegar al Caribe mexicano.
En Estados Unidos todavía no se toma una decisión de prohibir los vuelos de Aeroflot; pero es un escenario que podría anunciarse en cualquier momento. De hecho, Delta Airlines ya anunció la suspensión de la colaboración en códigos compartidos con la rusa. En el pasado, el gobierno de Estados Unidos prohibió a Aeroflot volar ahí, cuando en 1981 la Unión Soviética asedió al sindicato polaco Solidaridad.
La manera de actuar de López Obrador indica que no está siendo capaz de calibrar los riesgos que representa Rusia en este momento. Por eso le parece adecuado tomar una supuesta postura neutra; cuando en realidad el riesgo para México es que quedemos catalogados como hipócritas, condenando en público la invasión, pero apoyando torpemente en los hechos el discurso antioccidente proveniente de la propaganda rusa.
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SHELL
La petrolera Shell, que en México dirige Alberto de la Fuente, se dijo ayer horrorizada por la ocupación rusa en Ucrania y anunció que se sale de su alianza con Gazprom y que retira su participación en el proyecto del gasoducto Nord Stream 2. Las inversiones de la firma Shell en Rusia acumulan tres mil millones de dólares.
POR CARLOS MOTA
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