Un Montón de Plata

Slim exhibe el síndrome del condominio

La solución a un problema del edificio es votada por mayoría, pero hay 20 por ciento de personas que no concuerdan; así pasa en México

Slim exhibe el síndrome del condominio
Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El diagnóstico que el empresario Carlos Slim hizo sobre la incapacidad de sus colegas, representados en las cúpulas empresariales, para aceptar y colaborar unidos con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es probablemente el más prístino dictamen de la conducta enferma que ha caracterizado a muchos mexicanos frente a la autoridad.

Slim exhibió en un par de frases lo que podríamos denominar el síndrome del condominio: un comportamiento del perdedor que nunca acepta las decisiones del triunfador, e intentará bloquearlas e incluso sabotearlas, impidiendo el avance social.

Todos los que habitamos un condominio lo hemos vivido. La solución a un problema del edificio es votada por mayoría, pero hay 20 por ciento de personas que no concuerdan; que no quieren pagar el costo de alguna reparación; o que creen tener una solución mejor.

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El problema es que estas personas, en minoría, muchas veces tienen derecho de veto, y logran bloquear lo que la mayoría desea. El veto más común es resistirse a pagar una cuota acordada, aduciendo que la decisión no es la adecuada. Y háganle como quieran.

Slim está planteando que esto es una estupidez entre los empresarios mexicanos. Quizá lo sea. ¿Qué inspiró, por ejemplo, a personajes relevantes y centrales en el mundo empresarial, como Claudio X. González o Gustavo de Hoyos, a manifestarse desde el inicio del sexenio contra todo lo que AMLO decidía? Probablemente la respuesta está en las palabras de Slim: “Cuando un gobierno es electo democráticamente hay que respetarlo. Tener conflictos caprichosos o ideológicos es una tontería”. En otras palabras, Slim nos recuerda que AMLO fue electo con más de 30 millones de votos.

Slim dice que a un gobierno electo democráticamente hay que respetarlo, y que hay que debatir las ideas con los técnicos. Habría que preguntarse qué habría ocurrido estos años si en lugar de cuestionar la esencia de la decisión de la Refinería de Dos Bocas, o del Tren Maya, los mexicanos hubiésemos debatido más sobre cómo construir mejor esas dos obras. Quizá la sociedad no estaría tan dividida como en este momento.

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te momento. El llamado de Slim es atendible. Cuestionar siempre la esencia de las decisiones del Ejecutivo no sirve para nada, porque el Presidente continuará instrumentando sus decisiones ahí hasta que finalice el sexenio: inaugurará su aeropuerto, su refinería, y continuará con sus proyectos sociales. La pregunta es si queremos seguir confrontados tres años más. Y la respuesta ya no la tendrá Slim, sino el nuevo presidente del CCE, Francisco Cervantes.

¿Por qué los condominios en países desarrollados se ven siempre impecables? Porque todos aceptan la decisión de la mayoría y, aunque tengan mejores ideas, admiten que las determinaciones que se implantarán serán las de quien administra el edificio.

POR CARLOS MOTA
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