Si no vuelve a esquivar la audiencia, el día de hoy podría ser definitorio para el futuro de Sandra Cuevas al frente de la alcaldía Cuauhtémoc. De acuerdo con lo previsto, hoy se decidirá si, junto con otros tres funcionarios de su demarcación, es vinculada a proceso por las denuncias que dos policías auxiliares levantaron en su contra por agresiones físicas y verbales por parte de ella y los otros tres funcionarios al interior de una oficina de la propia alcaldía. La denuncia de los policías se tradujo en tres delitos imputables por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad: robo, abuso de autoridad y discriminación. Al margen de otras posibles sanciones, se ve muy difícil que Sandra Cuevas pudiera sostenerse como autoridad de la alcaldía si se acredita materia sobre los delitos señalados por las víctimas y la juez a cargo resuelve su vinculación a proceso y más tarde su condena.
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Sería, entonces, la primera alcaldesa removida de funciones por una causa penal. Ello y las medidas cautelares que fueron impuestas por la jueza durante la primera audiencia, fue usado para insinuar que existen motivaciones de venganza política en contra de Sandra Cuevas. En ese paquete se encuentran la propia alcaldesa y aliados políticos como Ricardo Monreal, Xóchitl Gálvez, Marko Cortés y Emilio Álvarez Icaza que, sin conocer el resultado del desahogo de evidencia, salieron al unísono a salvar la reputación de Cuevas acusando persecución, luego de que se estableciera una suspensión temporal de funciones a los cuatro funcionarios, el no acercamiento a las víctimas y la imposibilidad de dejar el país sin permiso. Huelga decir que este tipo de medidas se encuentran establecidas en el código de procedimientos penales y su función es garantizar el curso del proceso y la seguridad de las víctimas, cuestión que, si se miran las acusaciones, no está fuera de ninguna lógica, ni legal, ni de sentido común.
En la opinión pública pesan ya dos factores en contra de Sandra Cuevas: los antecedentes agresivos que fueron documentados en video antes de ser electa y su facilidad para mentir en cosas fácilmente comprobables, por ejemplo, que no existían las pelotas con 500 pesos pegados que desde el patio de la alcaldía lanzó a simpatizantes o acarreados, o que López Obrador y Claudia Sheinbaum “mandan” a desaparecer opositores y periodistas. También pesan en su contra las declaraciones de los policías que, hasta el momento, no han mostrado inconsistencias, y la evidente intención de la alcaldesa de retrasar el proceso.
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Pero más allá de lo que es público sobre el personaje y este caso, en manos de la Fiscalía y la jueza al frente del proceso, se encuentra la obligación de acreditar las acusaciones y definiciones que sellarán el futuro de Sandra Cuevas, Yessica Hernández Ortega, José Francisco Delgadillo Cadena, y Marlon Ávalos García, quienes fueron señalados por los dos mandos policiacos el pasado 12 de febrero. Mal se ven quienes adelantan conclusiones con afán de golpeteo.
POR AZUL ALZAGA
PERIODISTA
@AZULALZAGA
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