La probabilidad de que el próximo presidente de Estados Unidos imponga aranceles de 25 por ciento a las importaciones de México es prácticamente uno. Es decir, es casi un hecho consumado que nuestras exportaciones se encarecerán a partir del lunes, cuando Donald Trump firme acciones ejecutivas que incluirán castigo arancelario a sus socios y no socios comerciales. En este momento no existe ningún elemento, ni en el discurso ni en la realidad, que parezca evitar ese escenario.
Y si bien los aranceles de 25 por ciento implican riesgos graves para nosotros, desde recesión y pérdida de empleo, hasta la muerte potencial del Tratado México Estados Unidos Canadá —debido a los propios aranceles que también podría imponer el gobierno de Claudia Sheinbaum como respuesta—; lo cierto es que lo más grave no es eso. Las políticas económicas de Trump tienen el potencial de ser devastadoras para México, pero no por los aranceles, sino por el paquete de impuestos que podría aprobarse en EUA en estos meses.
¿Por qué es tan importante el plan fiscal de Trump? Porque al centro de éste subsiste una idea central: lograr que miles de inversiones manufactureras regresen a EUA. En ese sentido una de las propuestas más importantes del Presidente es que la tasa de impuesto corporativo se reduzca de 21 a 15 por ciento para las compañías que decidan establecer sus fábricas en suelo estadounidense.
El Cato Institute ha elaborado algunas comparaciones que señalan que existen países que han recortado las tasas impositivas con éxito, como Irlanda, que la redujo de 40 por ciento en 1994 a sólo 12.5 por ciento en 2013, logrando un incremento en la recaudación y hasta superando al promedio recaudatorio de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.
¿México seguirá siendo competitivo frente a Estados Unidos en el largo plazo en un escenario en el que las empresas pagan tan bajos impuestos allá? Sí, por los costos de la mano de obra; pero no tanto, por los costos de la inseguridad y del frágil Estado de derecho. Porque, además de los impuestos corporativos, el plan de Trump incluye extender los beneficios fiscales de su famosa Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, que arrojó una constelación de deducciones y depreciaciones para millones de personas. Esa Ley expira este año y la apuesta de los republicanos sería extender su vigencia para mantener muy competitiva a la economía estadounidense.
BAYER
Visitó México Julio Triana, cabeza mundial de la división de productos de consumo de Bayer, que tiene su base en Suiza. Presumió a la Gobernadora Delfina Gómez, del Edomex, su planta de Lerma, que ha recibido una inversión reciente de $1 mil 100 millones, y que será apuntalada como modelo logístico dentro de toda la corporación.
POR: CARLOS MOTA
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