DESDE AFUERA

Diplomacia frustrada

El canciller Ebrard y la Secretaría de Relaciones Exteriores parecen más dedicados a barrer vidrios rotos y suavizar comentarios improvisados

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

"Si nos dejan".

La creciente frustración en la Secretaría de Relaciones Exteriores se refleja en esa frase, que recoge lo que algunos consideran como una tendencia del actual gobierno a torpedear su propia política internacional.

La queja es motivada por la tendencia del presidente Andrés Manuel López Obrador a reaccionar emocionalmente frente a lo que percibe, o le presentan, como actitudes injerencistas desde el exterior y son sólo opiniones sobre problemas de su gobierno. Las posturas del mandatario caen bien entre sus seguidores, pero también crean problemas o malentendidos con otros países.

El canciller Marcelo Ebrard y la Secretaría de Relaciones Exteriores parecen más dedicados a barrer vidrios rotos y suavizar el impacto de comentarios improvisados, que suelen complicar más que aclarar posiciones y diferendos. 

El caso más reciente es la carta-regaño que redactó y envió al Parlamento Europeo en respuesta a una resolución que pedía terminar abusos y protección a la prensa.

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Por un lado, esa resolución fue una de varias sobre temas diversos que aprobaron rutinariamente los eurolegisladores, pero adquirió un valor propagandístico por la respuesta del gobierno mexicano.

Por otro lado, fue claramente una provocación exitosa. La carta del mandatario lo puso "de pechito" frente a sus críticos y dio un tono negativo a la relación con un cuerpo que en principio deberá aprobar este año un acuerdo de libre comercio con México.

La resolución irritó al mandatario, que no por primera vez responde "al botepronto" temas que merecen reflexión y una respuesta calculada. Lo que se supone debe hacer la SRE.

No es la primera vez. Hace apenas un mes se declaró indignado porque Panamá rechazó su propuesta de embajador en ese país, un historiador notable por las denuncias de hostigamiento sexual en su contra.
López Obrador estalló contra la canciller panameña, Erika Mouynes, a la que acusó de actuar como "inquisidora". Y aunque no lo crea, y la SRE no quiera aceptar, "allá" fue a dar una parte de la política latinoamericana del régimen, que agregó motivos a su conflictuada relación con las feministas.

Su "molestia" personal con España y Austria, por motivos diferentes, ha resultado en roces con esos países. Las relaciones con Estados Unidos tampoco se encuentran en su mejor momento, aunque a favor del gobierno mexicano hay una buena comunicación a nivel de ejecutivos y buena cooperación en la cuestión migratoria, un tema políticamente muy sensible para Washington.

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Pero quién sabe si eso será suficiente para equilibrar la creciente complicación de la relación bilateral.

Con frentes innecesariamente abiertos en América Latina, Europa y Estados Unidos, el presidente López Obrador no da mucho respiro a una Cancillería donde unos tienen motivos propios para estar preocupados por su futuro y otros se sienten marginados por un gobierno que no aprovecha su experiencia.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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