"Estamos de acuerdo con muchas de las prioridades del presidente López Obrador, como la desigualdad, la pobreza y la corrupción. Tenemos una causa común con AMLO. En lo que estamos en desacuerdo es en las respuestas”, dijo Juan González, encargado de temas latinoamericanos en el Consejo Nacional de Seguridad estadounidense.
El señalamiento como tal no es nuevo. Durante décadas, el mantra de las relaciones entre Estados Unidos y México ha sido el de "estar de acuerdo en estar en desacuerdo" literalmente en todo para trabajar soluciones a partir de esa consideración.
Rara vez los desacuerdos habían sido tan amplios y complicados por factores de política doméstica en ambos países.
En ese sentido, dos señalamientos hechos la semana pasada, un editorial del diario La Opinión de Los Ángeles en torno a los periodistas muertos en México y una crítica del senador Robert Menéndez a la posición mexicana sobre la invasión de Ucrania por tropas rusas, ilustraron y de hecho acentuaron las complicaciones que encuentra el gobierno del presidente López Obrador en su relación con Estados Unidos.
El texto de La Opinión, el más importante y antiguo diario en español de EEUU, expresa solidaridad con las demandas de seguridad de los informadores y critica la impunidad de los responsables, ha sido reproducido en más de una docena de publicaciones por periodistas profesionales.
La puntualización se agrega a los reportes sobre violencia y aparente incapacidad gubernamental para controlar grupos de crimen organizado en diversas partes del país, que ya han causado tanto la preocupación gubernamental estadounidense, como denuncias de grupos de derechos humanos y feministas.
Y se suman a grupos empresariales que creen que serán afectados por las políticas del gobierno mexicano. Para Menéndez, México "se está poniendo de parte del opresor, que es (Vladimir) Putin". Y más aún, afirmó, "No me sorprende".
La declaración sería simplemente interesante si no fuera porque Menéndez es demócrata, preside actualmente el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU y teóricamente sería un aliado del presidente Joe Biden en la defensa de las relaciones con México. De hecho, el gobierno del presidente López Obrador sólo parece tener un aliado en Washington: la Casa Blanca del presidente Biden.
Pero de acuerdo con versiones en Washington, algunos componentes del gobierno Biden son cada vez menos entusiastas, aunque la importancia de la vecindad y el interés en evitar un México desestabilizado, emisor de migrantes, sería su principal preocupación. Y de hecho, hay interés en mantener abiertos los canales con López Obrador.
Para complicar más las cosas, hay quienes en la derecha estadounidense, como Donald Trump, se han preguntado sobre la posibilidad de militarizar la frontera y en imitación del ejemplo ruso en Ucrania, intervenir directamente en México para prevenir migración y narcotráfico.
Son, como dice la maldición china, "tiempos interesantes".
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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