“Es un encuentro entre cancilleres…”, soltó el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando le preguntaron ayer si recibiría al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares Bueno.
-Marcelo Ebrard va a recibir al canciller de España, es bienvenido. Y también tengo información que se va a entrevistar con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Eso es básicamente, otros temas no están contemplados.
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La sola respuesta del mandatario mexicano –la frialdad en la respuesta y particularmente el hecho de no recibir personalmente al ministro de España cuando sí ha recibido a ministros de asuntos exteriores de otros países, como Francia, Japón, Estados Unidos- dejaba ver el resentimiento que AMLO mantiene con el gobierno español.
Las heridas no han cerrado. Acaso, apenas van en camino de restañarse. La “pausa” en la relación con el gobierno español, reiteró ayer López Obrador, es para que reflexionen sobre el “abuso y saqueo” que hicieron las empresas españolas en nuestro país.
Y advirtió: Las relaciones se restablecerán por completo “cuando se entienda que vivimos en una etapa nueva en la vida pública de México"; para luego deslizar: “Y lo están entendiendo muy bien…”, citando como ejemplo el largamente esperado beneplácito para Quirino Ordaz.
Con ese preámbulo comenzó oficialmente la visita del ministro Albares quien dejó de lado el asunto de la “pausa” dispuesta por AMLO hace un mes y declaró por el contrario que él y Marcelo habían acordado “acelerar” la relación entre los dos países, empezando por reactivar la Comisión Binacional.
Pero el elefante en la sala era el tema de la reforma eléctrica y el pleito con las empresas españolas al respecto. El tema se trató en la reunión que sostuvo a puertas cerradas el canciller español con integrantes del Senado. Ahí les manifestó ante todo su preocupación por una aplicación “retroactiva” del nuevo marco legal.
Según comentó el senador Emilio Álvarez Icaza, el ministro les dijo que había empresas que llegaron a México en buena voluntad, con un marco jurídico vigente. Y si el Estado mexicano decide cambiar ese marco jurídico, “lo que pedimos es que no haya una retroactividad de afectación a quienes confiaron en México y vinieron acá por el marco vigente”.
Solicitó en ese sentido, certidumbre jurídica para las empresas españolas que invierten en México. “Toda empresa mexicana es bienvenida en España, como espero que toda empresa española sea bienvenida en México”, deseó el funcionario.
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Así reiniciaron el diálogo. Pero lo cierto es que la frialdad presidencial fue lo que más pesó.
GEMAS: Obsequio del subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath: “La inflación elevada será más persistente que lo que habíamos anticipado, tanto en México como en el ámbito mundial”.
POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA
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