Las excesivas regulaciones que afrontan las empresas en México podrían terminar o ser reducidas dramáticamente, lo que elevaría enormemente la competitividad del país y reducirá precios de una infinidad de productos, así como la inflación. Esto se infiere de la posición del subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio, quien estimó que el reciente acuerdo contra la inflación es el paso inicial de un proceso desregulatorio mayor:
-¿Este acuerdo podría ser la antesala de una desregulación que es muy necesaria en el sistema económico hacia el futuro?, pregunto.
-Yo me atrevería a decir que sí. Este es un “proyecto piloto”, lo podemos llamar así. Se está haciendo con 15 empresas que pueden tener un impacto importante en un número muy delimitado de productos, sobre todo alimenticios. Pero estoy seguro de que en el lapso en el que se ejecute habrá lecciones aprendidas y, si ese es el caso, muy probablemente se podrá expandir su implantación a otras líneas de importación. Esto tiene que ver más con el tipo de cuotas arancelarias o tipo de cupos que se acuerdan entre países. Pero sin duda un proceso de desregulación como éste puede tener un efecto permanente y llegar para quedarse.
Esto es una gran noticia. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador finalmente está consciente de que tiene que hacer la vida fácil a las empresas para beneficiar al consumidor. El propio Presidente dijo ayer que el mercado de alimentos se abrirá “sin obstáculos, sin trabas burocráticas”, para comprar productos más baratos. Puso el ejemplo de la carne de res argentina, que no puede ser comprada en México porque “son muchos los obstáculos, y uno de ellos tenía que ver con la sanidad”, y vapuleó al Senasica por tener un doble estándar, al prohibir por un lado la importación de carne argentina, uruguaya o brasileña, pero al mismo tiempo no levantar ni un dedo con todo el contrabando de reses importadas desde Guatemala durante décadas: “quienes se oponen a que se abra el mercado es porque tienen el propósito de beneficiarse solos, sin competencia”.
La licencia única universal permitirá la importación de alimentos sin pasar por las trabas de Senasica y Cofepris. Yorio enfatizó que esto aplicará para reducir costos asociados a la importación, logística y transporte de carne de res, cerdo, pollo, frijol, huevo, maíz y atún. Ante la pregunta de si el gobierno cuantificó cuánto suele costar a las empresas toda la tramitología, Yorio aseguró que, a las empresas más experimentadas, “les toma alrededor de 30 a 40 días obtener las autorizaciones por cargo o por volumen de cada uno de sus cargos de importación”. Urge la desregulación.
VOLARIS
La empresa que dirige Enrique Beltranena aseguró ayer que durante septiembre su capacidad se incrementó 17.2 por ciento en septiembre, en comparación anual.
POR CARLOS MOTA
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