Vienen cambios en el gobierno de la Ciudad de México, en su columna vertebral. La idea central de esos cambios es recuperar el electorado perdido, el pasado domingo 6 de junio: Alrededor de 600 mil votantes que, a diferencia de 2018, esta vez no salieron a sufragar por Morena (ni por nadie más).
Simplemente se quedaron en sus casas o anularon su voto. Según análisis realizados desde Palacio Nacional –más allá de las acusaciones del Presidente de la República a las campañas negras de los medios de comunicación, y a la estulticia de la clase media-, esos electores que hace tres años salieron emocionados a cruzar la boleta por Andrés Manuel López Obrador, fueron “desatendidos” por el gobierno de Claudia Sheinbaum.
A lo primero que apuntan es que los programas sociales del gobierno no fueron suficientemente valorados o bien comunicados. De ahí la designación inmediata de Estefany Correa García –quien era miembro de la ayudantía de AMLO–como nueva delegada federal de Bienestar.
Segundo, faltó trabajo del partido –y del gobierno capitalino– a nivel territorial. En ese terreno, ni el presidente del partido ni el secretario de Gobierno de la Ciudad de México funcionaron como debiera. Los días de Alfonso Suárez del Real como segundo de a bordo de la Jefa de Gobierno, están contados. Llegará en su lugar un peso completo.
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Quien lo sustituya tendrá como encomienda recomponer el tejido moreno –y el de sus simpatizantes– en la Ciudad de México, particularmente, el de las clases populares; y sacarlos a votar en el 2024. Sheinbaum, por su parte, se abocará a recuperar a la clase media (que en buena medida votó contra López Obrador) y a desplegar los programas para la capital.
Entrarán a apoyarla algunos de los candidatos que quedaron en el camino. Ese es el plan. Y por supuesto, en todo ello el Presidente de la República la llevará de la mano.
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EL VERDE NO PRESIDIRÁ ELSENADO
Los amagos del Partido Verde no han dado resultado. Desde las altas esferas la orden ha sido endurecer la posición de Morena –nada de negociaciones personales– y no dejarse chantajear ni por el PVEM ni por nadie. Así que si el senador Raúl Bolaños Cacho-Cué creía que los morenos le pagarían el favor de haber propuesto el “regalazo” al ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, para ampliar su mandato, se quedará con las ganas.
No le obsequiarán la presidencia de la Mesa Directiva del Senado. Ricardo Monreal se vio obligado ayer a salir al paso de las pretensiones de los verdes: “No hay forma –reconoció-; él sabe que no hay condiciones por razones de consenso en el grupo mayoritario”. Será una mujer de Morena quien presida el Senado a partir de septiembre próximo.
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GEMAS: Obsequio de AMLO: “Claro que hay que superarnos, pero no volvernos egoístas y aspirar a ser fifís”.
POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA
MAAZ