MISIÓN ESPECIAL

Navidad y la difusión del cristianismo

Es asombroso imaginar cómo esta religión pasó de Tierra Santa a Anatolia, Roma, España y llegó, siglos después, a América

OPINIÓN

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Martha Bárcena Coqui / Misión Especial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El cristianismo, la religión que practicamos una mayoría de los mexicanos, inició en Tierra Santa, con el nacimiento de Jesucristo, pero se desarrolló en el territorio de lo que hoy es Turquía, conocido también como Anatolia, o en la antigüedad, Asia Menor.

Tras la conquista babilónica de Jerusalén y la destrucción del templo, en el año 586 A.C., miles de judíos huyeron de su tierra. Los estudiosos consideran que cerca de dos mil familias judías estaban asentadas ya en el año 240 A.C. en el sur de la península de Anatolia. Entre ellas la familia de San Pablo, que se estableció en la ciudad de Tarso.   

Pero no sólo San Pablo nació en el hoy territorio turco, en la que aún se recuerda el encuentro de Marco Antonio y Cleopatra en el año 41 A.C. También San Pedro, San Juan y San Lucas tienen relación con Asia Menor.

Mark Wilson, autor especializado en el tema, afirma que dos terceras partes de los 27 libros del Nuevo Testamento, incluyendo los Evangelios y el libro del Apocalipsis, fueron escritos en Asia Menor y su difusión se extendió por todo el Imperio romano, a través de la península de Anatolia.

Comencemos con la historia del apóstol San Pedro. Llegó a la ciudad conocida como Antakya o Antioquía del Orontes, la más importante en la historia del cristianismo en la península de Anatolia, en la hoy frontera entre Turquía y Siria.

Los primeros cristianos huyeron de las persecuciones en Judea hacia Antioquía, que era la capital de la provincia romana de Siria. Ahí radicaba el poder militar del Imperio en sus provincias de oriente. El propio Wilson nos dice que, de acuerdo con los Actos de los Apóstoles, en esa ciudad los seguidores de Cristo Jesús recibieron por vez primera vez el nombre de “cristianos”, siguiendo la práctica romana de dar a los integrantes de un grupo social el nombre de su fundador: Cristo. En dicha ciudad está la Iglesia de San Pedro, enclavada en una gruta. Ahí se reconoció a San Pedro como el primer obispo de la ciudad y la cristiandad.

San Pablo predicó también en Antioquía, en particular a los “gentiles”, es decir a los cristianos no judíos, antes de trasladarse a otras regiones como Éfeso (dónde fue encarcelado), Grecia, hasta llegar a Roma.  

Algunos expertos consideran que San Lucas, autor de uno de los evangelios, nació en esa ciudad y predicó después por la península hasta llegar al Mar Negro. En el monasterio ortodoxo de Sumela, cercano a Trabzon o Trebisonda, hay un icono que se dice fue pintado por el santo. Se cree que el Evangelio de San Mateo pudo haber sido escrito en Antioquía.

Finalmente, la historia de San Juan y de la Virgen María. La madre y el discípulo amado de Jesús llegaron a Éfeso, en la costa del Mar Egeo y se establecieron en la hoy conocida como casa de la Virgen María, o en turco “Meryemana”. En Éfeso están también las ruinas de una Iglesia dedicada a la Virgen María y la Basílica de San Juan, donde se encontraba su tumba y cuyo tamaño y belleza rivalizaba con la gran Basílica de los Santos Apóstoles en Constantinopla, hoy Estambul, ya desaparecida.

En Éfeso, San Juan escribió el cuarto Evangelio y sus epístolas, mientras que el libro de la Revelación o Apocalipsis lo escribió en la cercana isla de Patmos, hoy parte de Grecia.

Como embajadora de México en Turquía tuve el privilegio de conocer varios de estos lugares y otros más. Inspiran a la reflexión, a la paz, tan necesarias hoy en día.

Es asombroso imaginar cómo el cristianismo pasó de Tierra Santa a Anatolia, Roma, España y llegó, siglos después, a América.

POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@MARTHA_BARCENA

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