Ante el debate político sobre el beneficio social de contar con un órgano regulador especializado y autónomo para el sector convergente de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), vale la pena
revisar en un breve análisis los costos y beneficios que implica la existencia del IFT para el gobierno y los mexicanos.
En primer lugar, la coyuntura actual que nos dirige hacia una “obligada” transición a la vida digital, es de fundamental importancia contar con un regulador especializado en las telecomunicaciones, pues estos mercados se han caracterizado histórica e internacionalmente por tender a concentrarse. El avance tecnológico, acompañado del aprendizaje legal, regulatorio y de mercados, ha logrado en países desarrollados la competencia efectiva, así como la provisión optima de servicios.
Además de ello, otro efecto importante es la ganancia en cuanto al Fortalecimiento, Independencia y Complementariedad con Otros Órganos de Estado, por ejemplo, en la experiencia internacional se orienta al fortalecimiento, especialización técnica e
independencia de reguladores, respecto a otras entidades del Estado. Tal es el caso de la Federal Communications Commission (FCC) en EUA, Ofcom en Reino Unido o la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) en Colombia. Estos órganos están
constitucionalmente integrados con otros organismos desconcentrados, secretarías de estado, Poder Judicial y otras entidades del Estado, para optimizar la provisión de servicios, en términos de disponibilidad, asequibilidad, diversidad y calidad.
Finalmente, la relación entre el Valor de ingresos al Erario y el Costo para el Erario de su funcionamiento, nos indica que es un órgano muy rentable a nivel financiero para el estado mexicano. En el año en curso, la gestión del IFT, generará percepciones para el Estado por $24,475.1 mdp derivados del cumplimiento de las funciones múltiples del regulador, como la recaudación por concepto de provisión de servicios de redes públicas de telecomunicaciones, cobros de derechos por el aprovechamiento de servicios de telecomunicaciones y por servicios directamente prestados por el regulador.
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En contraste, el Presupuesto de Egresos de la Federación estima una erogación por solo $1,510 mdp, lo que representa un 6.2% del monto total de recursos que percibirá el Estado por la instrumentación de política regulatoria y administración del espectro radioeléctrico por parte del IFT.
Desde 2013, el IFT ha dedicado esfuerzos a la competencia efectiva, la asignación eficiente del espectro radioeléctrico, la promoción de las inversiones, la cobertura universal, la disponibilidad asequible, la calidad óptima de los servicios, entre otras obligaciones a su cargo. El cumplimiento de estos mandatos constitucionales ha generado beneficios tangibles para todos los mexicanos. Aún hace falta mucho camino que recorrer para tener un mercado en competencia, sin embargo, el IFT ha traído mucho mas beneficios que costos.
POR GONZALO ROJÓN
COLABORADOR
GONZALO.ROJON@THECIU.COM
@GROJONG