La Dinastía Aguilar ha logrado generar alta popularidad en redes sociales por su constante actividad dentro de la farándula pero también por su distinción de la preservación de la música regional mexicana, encabezado por Pepe Aguilar, quien a su vez aprendió de su padre Antonio Aguilar.
En este sentido, diversos integrantes de la familia han estado pendientes y sumergidos en el mundo del espectáculo pero sobre todo de la música mexicana, tal como sucede con Flor Silvestre, quien se ha convertido en una de las figuras femeninas más importantes en el gremio musical mexicano en los últimos años.
Flor Silvestre nació en Salamanca, Guanajuato el 16 de agosto de 1930; fue una cantante y actriz mexicana, quien se dio a conocer con diversos apodos, tales como “La Sentimental”, “Alma de la canción ranchera” y “Reina de la canción mexicana”.
La carrera de Flor Silvestre
La famosa logró convertirse en una de las figuras más queridas y recordadas por sus éxitos como “Cielo rojo”, “Gracias”, “Cariño santo”, “Mi destino fue quererte”, “Las noches las hago días”, “Estrellita marinera” y muchos más.
Sus éxitos lograron estar dentro de las listas de popularidad en México’s Best Sellers de Cashbox, así como en los Latin American Single Hit Parade de Record World.
Bajo este panorama, la famosa logró destacar dentro del mundo cinematográfico mexicano en diversas producciones audiovisuales que formaron parte del legado del Cine de Oro mexicano.
¿Cómo se veía con lentes?
Fue así como la famosa interpretó un personaje en la cinta “Aquí está tu enamorada”, la cual tuvo estreno en 1963 y generó un gran éxito, en donde tuvo que usar lentes; protagonizó la historia al lado de su amado esposo Antonio Aguilar, quien además de dedicarse a la música, incursionó en el mundo del cine.
“Aquí está tu enamorada” es una cinta que sigue la historia de Antonio, quien es un hombre mujeriego, y que está huyendo constantemente del matrimonio, sin embargo, todo se complica cuando pretende a la novia del comisario; fue dirigida por Jaime Salvador y escrita por Fernando Galiana y Julio Porter.
