A diferencia de los perros que fueron domesticados para servir a los humanos como ayuda en la cacería hace miles de años, muchos investigadores coinciden que, a pesar de vivir con nosotros, los gatos nunca han sido domesticados.
Quizá por ello o por la fascinación que estos pequeños felinos, descendientes muy probablemente de algún gato salvaje del Magreb que fue transportado por los fenicios, adorado por los egipcios y popularizado por los griegos, tienen en la actualidad tres días mundiales, cuatro si se considera el Día de apreciación del gato negro, en el que se conmemora la muerte de miles de gatitos durante la Edad Media.
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¿Los gatos negros dan mala suerte?
Gracias a su habilidad como cazadores, las primeras sociedades sedentarias humanas vieron en los gatos un aliado interesante para mantener a raya a las poblaciones de roedores que consumían sus alimentos.
Ya en la época de los descubrimientos, los gatos domésticos viajaron a América, Asia y, curiosamente, de nuevo a África, a bordo de los galeones europeos donde se les tenía como herramienta contra las plagas y como amuleto de buena suerte.
¿Por qué le decimos michi a los gatos?
Según la historia más aceptada, los gatos, cuyo nombre viene del latín catu y que se transformó en chat en francés, gatto en italiano y gato en portugués, eran llamados por las tripulaciones de los barcos “mis-mis”, de la misma forma que en el norte del País se les llama la atención diciéndoles “kitty-kitty” o en el centro “pspsps”.
Al escuchar esto, los integrantes de los pueblos originarios de América hicieron suyo ese sonido, derivándolo en mixi, como se dice entre los otomíes, miis, como lo dicen los mayas, o mishi, como se dice en quechua.
¿Cómo se dice gato en las lenguas originarias de México?
Llegado con los europeos, los gatos domésticos no son endémicos de América. Sin embargo, así es como los pueblos originarios les pusieron:
- Otomí: mixi
- Náhuatl: miztli
- Maya: miis
- Purépecha: misitu
- Tzetzal: katu
- Rarámuri: míisi
- Chontal: mish
- Mixteco: chitú