Cuando las personas se detienen para admirar una obra de arte, la aprecian en todo sentido y contemplan hasta el más mínimo detalle con tal de alcanzar una catarsis; sin embargo, a veces existen cosas ocultas en éstas que quedan al descubierto muchos años después. Es el caso de la obra "Los Olivos" del pintor Vincent van Gogh.
En el caso del cuadro del artista holandés, mismo que se exhibe en el Museo Nelson-Atkins de Kansas, Estados Unidos, se encontró que además de tener una técnica de luz y color que capta la esencia del paisaje había un pequeño ser con el que no contó Van Gogh: los restos de un saltamontes.
Los encargados de resguardar la obra de arte fueron los que lograron detectar al pequeño polizón que se coló cuando fue realizado el cuadro, en el asilo de Saint Rémy de Provence, France, hace más e un siglo.
"Un conservador descubrió que los Olivos de Van Gogh contenían los restos de un pequeño saltamontes incrustados en la pintura espesa. El insecto se encontró en el primer plano inferior del paisaje, pero los visitantes no pueden verlo a través de una observación casual", describe un artículo del museo.
¿Cómo localizaron al saltamontes?
Los conservadores de las obras en el recinto analizaron el cuadro para realizar un estudio a profundidad del proceso creativo del creador de "La noche estrellada"; sin embargo, en su investigación se encontraron con el insecto. La razón por la que las personas no pudieron detectarlo fue porque es casi imperceptible.
El inusual hallazgo emocionó a los conservadores que tuvieron que solicitar la ayuda de un paleontólogo de la Universidad de Kansas para que les diera mayor detalle del saltamontes. La hipótesis del especialista fue el siguiente:
El pequeño saltamontes ya se encontraba muerto cuando llegó a "Los Olivos", lo cual concluyó que el viento pudo haber sido el responsable de colocarlo en el lienzo. Por otro lado, le faltaba el abdomen y el tórax.
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