FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MORELIA

18 FICM: "Un concierto, pero en cine", así define Mauricio Hernández su nuevo cortometraje

Mauricio Hernández contó que su cortometraje "Un juguete de madera soñó con barcos de papel" es un concierto de tres movimientos, mismo que participa en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia

CULTURA

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Los barcos de papel fueron hechos con tickets reciclados.Foto: Cortesía

Uno de los géneros más prolíficos en la industria cinematográfica es el de animación, pues en éste las mentes vuelan a la hora de combinar texturas, materiales y elementos moldeables a cualquier forma para contar una historia a través de la pantalla.

Uno de los eventos que mayor difusión da a estos trabajos es el Festival internacional de Cine de Morelia, que a través de su selección oficial abre el espacio para las obras de animación, donde grandes nombres cineastas mexicanos poco a poco se han abierto paso en la industria.

Este es precisamente el caso del egresado de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), Mauricio Hernández Serrano, quien presenta su cortometraje de animación ‘Un juguete de madera soñó con barcos de papel’ , mismo que forma parte de la Selección de Cortometraje Animado de este año en la primera edición híbrida del FICM.

El cortometraje es un enfrentamiento constante de fuerzas que chocan, quietud y movimiento, orden y desorden y en este caso, armonía y ruido", aseveró el director.

En entrevista para El Heraldo de México, Hernández Serrano definió su mas reciente obra como un trabajo que se puede comparar con la realización de un concierto, pero en cine.

Un cortometraje que oscila entre sonidos y luces

El cortometraje contiene un arreglo de la canción 'Azul' que fue pensado originalmente para los créditos de la película 'Güeros', y en este sentido, el audiovisual permite al espectador apreciar una experiencia de sonidos e innovación auditiva bajo el arreglo de Tomás Barreiro, con la letra de María Teresa de Lara, y la interpretación por Natalia Lafourcade. 

Respecto a la canción, el arreglo musical captura una sensación melancólica, romántica y anacrónica que tiene una relación muy interesante y bonita con una voz como la de Natalia Lafourcade, que no podría ser más contemporánea; lleva un sonido muy moderno", puntualizó.

En suma a este importante elemento, Mauricio Hernández contó que el cortometraje es un concierto de tres movimientos y/o una dialéctica, mismo que está compuesto por una parte "A", misma que representa orden, armonía y simetría; a su vez esto se enfrenta con parte "B", caos, ruido y desorden, lo que genera una parte "C", que es la parte final que podemos ver en el cortometraje.

Bajo estos principios, el joven cineasta aseguró que primero existió el diseño sonoro y después las imágenes y el juego de luces de esta producción.

 No puedo explicar por qué, pero en ese momento del corto y específicamente de la canción, sentí que era adecuado mostrar un recuerdo. Como las cosas que uno trata de evocar, no es nítido ni objetivo, es una impresión. Fuera de este momento, la presencia de la mano más adelante, fue lo único que se sintió orgánico en términos de meter presencia humana", enfatizó.

Un corto para disfrutarse

Confesó además que en su trabajo, evitó divulgar o comunicar un mensaje ya que eso le quita al cine todo lo que le gusta, pues lo comparó con la idea de un concierto, ya que cuando uno escucha lo que sea (desde un concierto de rock, una cumbia o una orquesta sinfónica), sólo la experimenta y responde.

No se piensa, no se analiza, sólo hay una reacción inmediata y eso es mi cortometraje, un concierto pero en cine", dijo.

Puedes ver el trabajo de Mauricio Hernández aquí:

Por: Estefanía Arreola 

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