Todo comienza hace miles de años en el México prehispánico con una leyenda; la de una joven y hermosa diosa llamada Mayahuel, quien fue convencida por el dios del viento (Ehécatl) para descender a la tierra para regalar al hombre alegría a través del licor de la planta que ella poseía. La diosa aceptó, desafiando las estrictas reglas de Tzitzimitl, su abuela, quien la mantenía en cautiverio.
Una vez que Tzitzimitl se percató de la huída, bajó a la tierra para buscarla en compañía de las hermanas de la diosa. Cuando Mayuel y Ehécatl se dieron cuenta que los perseguían tomaron la forma de un árbol de dos ramas, sus hermanas y abuela lograron reconocerla, se dice que la destrozaron y comieron. Una vez que pasó el ataque, Ehécatl reunió los huesos de la diosa los sembró y regó con sus propias lágrimas.
Fue así como nació el maguey o agave una de las plantas de mayor abundancia en México y una de las más preciadas por los antiguos pueblos mesoamericanos, ya que de ella adquirían púas para hacer agujas, la fibra de ixtle para confeccionar ropa, el aguamiel, el pulque, entre otras cosas. Esta planta, tesoro de los mexicanos, recibió el nombre de el “árbol de las maravillas” por la gran cantidad de usos que tenía.
En cuanto a la producción del licor de agave existen vestigios en la zona arquelogica de Tlaxcala, Xochitécatl-Cacaxtla, que demuestran que el proceso de destilación ya se realizaba en México 2500 años antes de la llegada de los españoles, pero esta era una bebida especial que solo era consumida por la nobleza en celebraciones especiales.
Se calcula que la producción comercial de este licor inició a mediados del XVIII, con la fermentación y destilación del jugo de los agaves azules de la región Tekilan que en náhuatl quiere decir “lugar de lo trabajadores” que se ubica en Guadalajara, de ahí el nombre de “Tequila”.
Tequila Mi Campo honra este legado milenario practicando los métodos de producción antiguos, el trato respetuoso de esta planta a la hora de extraer el jugo para no dañar sus fibras y que pueda ser aprovechada al máximo, por último, su etiqueta es un tributo a la tierra mexicana en donde la diosa Mayahuel es la protagonista.
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