Courteney Smith, una mujer originaria de Hertfordshire (Inglaterra), se sometió a una cirugía estética para realizarse un aumento de glúteos. Sin embargo, médicamente murió y tuvo que ser reanimada. Actualmente, tras una segunda oportunidad de vida, la madre de dos hijos tiene terribles secuelas.
La joven de 25 años de edad viajó a Turquía en agosto de 2020 para realizarse un levantamiento brasileño de glúteos (BBL, por sus siglas en inglés) en una clínica que encontró en redes sociales. Acepta que hacerlo fue "el mayor error de su vida". Esta es su historia.
Muere en cirugía estética y resucita con terribles secuelas
El procedimiento BBL consiste en la extracción de exceso de grasa en ciertas partes del cuerpo como abdomen, espalda o parte interna de los muslos, la cual es transferida al trasero. Courteney Smith reveló a medios locales que desde que llegó al hospital, la situación fue mala.
Y es que en lugar de tener una reunión preoperatoria con los médicos cirujanos, la mujer afirmó que el supuesto especialista entró y comenzó a hacer los trazos en su piel para operar al instante, sin preguntarle cómo quería que se viera. Agregó que sólo quería una "pequeña cantidad" de grasa en la parte superior de su trasero.
El segundo problema fue la duración de la operación, pues sólo debía tomar tres horas y en total fueron cinco horas. El tercer inconveniente se presentó al despertar, pues al hacerlo, estaba acostada sobre su trasero, en lugar de estar boca abajo.
La cuarta cuestión fue que al despertar lo hizo gritando y llorando, pues su trasero estaba rojo en carne viva y se veía como si tuviera un injerto de piel. "El dolor era 1000 veces peor que el parto. Era insoportable. Literalmente pensé que me estaba muriendo", contó Smith en declaraciones retomadas por el diario New York Post.
Después de la cirugia, Courteney Smith fue llevada a la sala de recuperación postoperatoria. Ahí se presentó otro problema mayúsculo, pues ahora sí estaba acostada boca abajo, pero le costaba trabajo respirar y tenía dolor en el pecho. "Cuando me miré el pecho, tenía un bulto y un hematoma enormes", agregó.
Su corazón se detuvo
La joven madre regresó a su país ante la falta de atención y buscó a su doctor de cabecera, quien le dijo que el hematoma en su pecho fue por reanimación. Ella notificó esto a la clínica turca y los empleados le revelaron que su corazón dejó de latir, por lo que tuvieron que resucitarla.
Actualmente y tras una serie de pruebas, el médico de confianza de Smith determinó que ahora padece el Síndrome de Brugada, con el cual los pacientes tienen ritmos cardíacos irregulares, los cuales pueden hacer que el corazón lata peligrosamente rápido.
"Tenía un corazón sano antes de esta cirugía. Ahora ni siquiera pueden ponerme anestesia local porque me preocupa que si me ponen a dormir no me despertaré", lamentó.
Aunado a eso, Courteney terminó con cicatrices que tendrá toda su vida: "Ni siquiera me quedé con los resultados que quería. Me dejaron con pliegues en el estómago donde tomaron demasiada grasa en el área del ombligo, lo que hizo que la parte superior se doblara", aseguró.
Smith recomendó a las personas que quieren un levantamiento de glúteos a nunca someterse a dicho procedimiento, pues es "demasiado arriesgado saber que posiblemente podrías morir, y luego ni siquiera obtener los resultados que querías al final".
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