Uno de los rituales más tradicionales para recibir el Año Nuevo es el comer 12 uvas para pedir 12 deseos en los primeros instantes del año que recién inicia. Aunque es una tradición que ha pasado de generación en generación pocos se preguntan de dónde viene esta idea y por qué específicamente se trata de uvas.
Sin embargo, esta tradición fue una idea de la mercadotecnia, ni más ni menos. De acuerdo con el chef Israel Aretxiga, una de las historias más interesantes es la tradición de comer las 12 uvas y ocurrió por primera vez porque los productores de esta fruta tuvieron un exceso en España en el año 1909, que se les ocurrió que si las comían iban a atraer 12 buenos deseos y regalos de Fin de Año.
En entrevista para el programa matutino de Sergio y Lupita, el experto indicó que fue en Málaga donde inició esta tradición que en realidad fue una solución a un problema de sobreproducción y que posteriormente se adoptó en todo el territorio español y actualmente se realiza en varias partes del mundo.
Además, Aretxiga explicó que las 12 campanadas que acompañan a las 12 uvas se justifica porque en el siglo XVIII no había relojes en muchas casas y una multitud de personas se reunían afuera de la iglesia de Málaga para escuchar el clásico sonido de las campanas. Asimismo, el brindis es una tradición de Roma para ofrecer buenos deseos, amor, prosperidad y felicidad.
Así que, como verás, el comer 12 uvas y pedir 12 deseos con ellos poco o nada tiene que ver con la suerte y fue una solución para un problema que se presentó hace 200 años, sin embargo, se ha arraigado tanto en la sociedad que es casi imposible disfrutar de esta celebración sin llevar a cabo el ritual.
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