Nos encontramos de nuevo ante la construcción de un nuevo capítulo en la historia de nuestra ciudad. Este no es el momento de debatir sobre la “tradición” en abstracto, sino sobre la ética y la evidencia científica que nos obliga a replantearnos la relación que tenemos con los demás animales en el siglo XXI.
Durante años, se nos ha dicho que la tauromaquia es parte del patrimonio cultural, que sin ella el toro de lidia desaparecerá y que miles de personas quedarán en el desempleo. Pero la realidad es otra. Hoy, me sumo a defender un modelo que preserve el arte taurino sin violencia, en armonía con el respeto por los derechos de los animales. Por eso aquí quiero hacer un recuento muy puntual sobre ciertos mitos:
MITO: El toro no siente dolor, siente orgullo
La realidad es que la ciencia ha demostrado que los toros sienten dolor, estrés y angustia extrema en una corrida. Investigaciones de la Universidad Complutense de Madrid han demostrado que los bovinos tienen un sistema nervioso central similar al de otros mamíferos y experimentan sufrimiento físico y psicológico.
Los defensores de la tauromaquia afirman que el toro “no sufre” porque tiene una supuesta resistencia al dolor. Sin embargo, estudios veterinarios han desmentido esto. Son animales, son seres sintientes, ¿cómo no van a experimentar dolor?
MITO: El toro de lidia desaparecerá
Uno de los argumentos más repetidos por los taurinos es que, si las corridas se prohíben, la especie del toro “bravo” desaparecerá. Pero esto es falso. El toro de lidia no es una especie distinta, sino una raza bovina que puede sobrevivir perfectamente sin la tauromaquia. En México, el campo ganadero representa sólo el 0.02 % del territorio nacional, lo que hace insostenible la idea de que la crianza del toro de lidia es un pilar económico.
MITO: Se perderán 30 mil empleos
Se ha repetido hasta el cansancio que la prohibición de las corridas de toros afectará la planta laboral, sin embargo, un estudio del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM reveló que la mayoría de los trabajadores del sector taurino tienen otras fuentes de ingreso y que la tauromaquia sólo representa una parte marginal de su actividad económica.
MITO: La tauromaquia desaparecerá por la prohibición
La realidad es que estamos buscando transformarla. Queremos que la tauromaquia se modernice y que se elimine el sufrimiento animal sin perder su matiz artístico. Esta es la esencia de la propuesta que aprobamos, y que nuestra Jefa de Gobierno, Clara Brugada enriqueció.
En conclusión, el debate sobre las corridas de toros no es una lucha entre tradición y progreso, sino entre mitos y realidades. Podemos mantener viva la esencia de la tauromaquia sin que ello implique violencia y maltrato animal.
Por respeto a los animales, por ética y por el avance de nuestra sociedad, es momento de transformar esta tradición. Los toros no tienen voz, pero nosotras y nosotros, ¡sí!
POR JANNETE GUERRERO MAYA
DIPUTADA DEL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO POR EL PT, PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS
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