Imaginen ustedes, imaginemos este escenario: hay un consumidor de drogas en Estados Unidos que a su vez le pide a alguien, a quien le llaman “dealer”, su pedido ya sea diario, semanal o cada que lo necesita para su consumo de enervantes; una vez que este “dealer” recibe el dinero de la persona consumidora, vamos a llamarle “el consumidor final”, hace la misma operación con otros tantos consumidores finales en una colonia, en un barrio, en un sector.
Después de esto, cada cierto tiempo, puede ser diario, semanal o depende cómo esté organizado ese “dealer”, le entrega el dinero a alguien encargado de la distribución masiva de drogas en ese territorio, estado o condado, y a su vez, ese distribuidor masivo en el estado, territorio o condado, le surte la droga que irá a entregar a los consumidores finales.
Una vez hecho esto, el distribuidor masivo tiene que trasladar dinero en efectivo o hacer depósitos bancarios -insisto, estamos en una suposición y una hipótesis, no es algo que conozcamos a profundidad-, para poder entregarle ese dinero a quienes, desde otras partes del mundo, les hacen llegar la droga.
Todo esto que les he mencionado bien podría ser el funcionamiento de un cártel de la droga dedicado al consumo o al tráfico local en Estados Unidos. ¿A dónde vamos con esto?
Hace unos días, el presidente Trump, en un memorando dirigido al fiscal general de los Estados Unidos, le indica: a partir de ahora debe darse la “total eliminación de cárteles y organizaciones criminales trasnacionales”.
Y siendo honestos, el espíritu del memorándum no está alejado de la realidad; sin embargo, nuevamente pretende exculparse, por lo que nuestra Presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, le ha contestado de manera tajante lo que exponemos: “que empiece por su casa”.
Y cuando decimos esto nos referimos específicamente, en México, a partir de la llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha habido una gran cantidad de acciones en contra del narcotráfico: líderes y cabecillas de cárteles detenidos, incautación de drogas, bandas de distribuidores y generadores de violencia presos y se ha fortalecido la ley de extinción de dominio.
Quizá aún no entendemos cómo puede, en Estados Unidos -de manera tan impune- viajar, trasladarse, depositarse y moverse el dinero bancario o el dinero en efectivo, producto del narcotráfico.
En el vecino del país del norte también operan cárteles; sin embargo, operan de diferente manera: en México es la producción, distribución y trasiego de drogas; en Estados Unidos es el consumo, y la parte agravante de este tema es que se combina con el tráfico de armas de uso exclusivo del ejército estadounidense a México y, que los cárteles mexicanos utilizan, hay una parte que es la bisagra que une armas y drogas.
Nosotros, en México, seguiremos impulsando la estrategia política de seguridad que ha diseñado nuestra Presidenta de México, apoyaremos a nuestras instituciones como el Ejército Mexicano, la Marina y la Guardia Nacional en el combate a este lastre en nuestro país y, sobre todo, continuaremos con la política de prevención en la juventud sobre el consumo de sustancias ilícitas.
Nos leemos en la siguiente, gracias.
PAL