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Derechos de la infancia

Todavía hay niñas, niños y adolescentes en zonas rurales que no tienen acceso a derechos esenciales como la alimentación

Derechos de la infancia
Dulce Galindo Villa / Tu causa es mi causa / Opinión El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

Una señora de 55 años me contó que cuando tenía entre 2 y 3 años se quedaba sola en casa todo el día en una cama con un poco de comida, porque su mamá y hermanas mayores salían a trabajar y regresaban por la noche, una etapa que recuerda bien a pesar de ser tan pequeña pues aún puede sentir la incomodidad de su pañal sucio, la soledad y el hambre. 

En ocasiones, pensamos que historias como estas ya no ocurren, porque hemos avanzado como sociedad, lo cual es cierto; sin embargo, todavía hay niñas, niños y adolescentes en zonas rurales que no tienen acceso a derechos esenciales como la alimentación.

Los datos más recientes sobre pobreza en México indican que, en 2018, el 55.3% de la población rural se encontraba en situación de pobreza, en comparación con el 37.6% en las zonas urbanas. Uno de los impactos negativos de los bajos ingresos en las comunidades rurales es la desnutrición crónica. 

La desnutrición crónica durante la primera infancia puede afectar el desarrollo integral de las niñas y niños. Diversos estudios señalan que al carecer de nutrientes esenciales los hace más propensos a enfermedades como infecciones respiratorias y estomacales, además de impactar su potencial intelectual. 

Aunado a la desnutrición, la infancia y adolescencia de las zonas rurales también se enfrentan a la falta de cuidados y protección adecuados, los más pequeños a veces se quedan en casa solos o al cuidado de otras personas adultas, mientras que los adolescentes tienen que salir a trabajar, condición que los hace vulnerables a diferentes tipos de violencia. 

El Colectivo WCP México tiene la misión de cambiar el mundo de las y los niños mexicanos; no obstante, en sus inicios se enfocaban en la alimentación de las personas adultas mayores, pero durante la pandemia varias fallecieron y “comenzaron a llegar los nietos, porque recordaban que sus abuelos pasan el tiempo ahí”, comentó Shamir Luna, Presidente y Fundador de Colectivo WCP. 

Esta situación impulsó a WCP México a enfocarse en las necesidades de la infancia y buscar soluciones para garantizar sus derechos. Su labor se centra en el Estado de México, en municipios como Atizapán y Huehuetoca. Este último es un poblado rural ubicado entre la CDMX y Querétaro, donde la falta de oportunidades laborales obliga a las madres y padres a viajar durante horas cada día para tener un trabajo. 

WCP México identificó en Huehuetoca la falta de acceso a la alimentación en la comunidad infantil, debido a cocinas escolares insalubres y la ausencia de comedores comunitarios. En respuesta, fundaron Casa Promesa, un lugar que mejora la calidad de vida de los niños mediante programas de nutrición especializados y la entrega de despensas.

En este camino de contribución, WCP México ha descubierto los múltiples desafíos de las infancias. Shamir Luna relata que un día un niño le comentó que le gustaba ir mucho al comedor porque era el único día en el que su tío no lo tocaba, lo cual motivó al colectivo a crear Casas de Amor, espacios que ofrecen oportunidades laborales flexibles a las madres o las capacitan para emprender, permitiéndoles cuidar de sus hijas e hijos. 

Para finalizar, les comparto tres maneras de apoyar a Colectivo WCP México: 1) Siguiendo sus iniciativas en redes sociales como FB, Instagram y X (@wcpmexico y @promesaintiap), 2) Donando productos no perecederos en su centro de acopio, ubicado afuera del metrobús Miguel Laurent, o 3) Realizando donativos económicos.

POR DULCE GALINDO VILLA

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