Balones y pelotas

El eterno retorno competitivo

Sin embargo, tanto en la historia como en el deporte, no es del todo inusual que circunstancias específicas del pasado terminen por replicarse ligeramente distinto en el presente

El eterno retorno competitivo
Tomás Lujambio / Balones y pelotas / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Entre 2010 y 2012, el mundo entero fue testigo de, quizá, la rivalidad más dura y competitiva en la historia del futbol. Durante dos intensas temporadas, el Barcelona, de Pep Guardiola, y el Real Madrid, de José Mourinho, compitieron por la cima del balompié en una época que estuvo repleta de peleas, enfrentamientos y batallas por el título, pero, sobre todo, de una calidad futbolística sin precedentes. 

Sin embargo, tanto en la historia como en el deporte, no es del todo inusual que circunstancias específicas del pasado terminen por replicarse ligeramente distinto en el presente. 

Ahora, 12 años después, los ecos de aquella era resuenan con mucha  fuerza, para anunciar un nuevo capítulo en esta importante saga del balompié. 

Ahora bien, la rivalidad entre estos dos equipos españoles no es meramente competitiva, sino también filosófica. 

Mientras el Real Madrid, por ejemplo, suele recurrir a grandes fichajes para llenar su plantilla de superestrellas, el Barcelona es más reconocido por priorizar la formación de jóvenes promesas que logren dotar de calidad al primer equipo. 

Asimismo, mientras el primero ejecuta con velocidad y verticalidad, el segundo suele concentrarse, casi obsesivamente, con adueñarse de la pelota. 

No obstante, aunque esa diferencia tan radical de enfoque nunca fue tan clara como en la época en la que Josep Guardiola y José Mourinho estuvieron al frente de ambos conjuntos españoles, hay ciertos elementos que indican el posible inicio de una rivalidad que puede ser similar.  

Tomemos, como un ejemplo, los más recientes fichajes del cuadro blanco. 

La llegada y presentación de figuras como Jude Bellingham y Kylian Mbappé evocan aquella temporada de fichajes en las que el club merengue sumó a jugadores como Karim Benzema, Kaka y el mismísimo Cristiano Ronaldo, bajo el mando de Mourinho. 

Por otro lado, la actual situación financiera del Barcelona ha orillado a la escuadra a retomar su preferencia por la Masía, llevándolo a debutar a jóvenes promesas, como Lamine Yamal, Gavi y Marc Bernal, quiénes recuerdan a leyendas del pasado identificadas y mejoradas por el mismo Guardiola. 

Al final, la rivalidad entre Barcelona y Real Madrid es un eterno retorno competitivo, un ciclo que se repite y se adapta a los tiempos, a medida que el deporte lo necesita. 

Tanto las jóvenes promesas blaugranas como las nuevas superestrellas merengues no sólo heredan el dorsal de sus héroes, sino también la historia competitiva que ha distinguido a esta rivalidad tan particular. 

De esta forma, el ciclo generacional se cierra, pero el círculo a trazar sigue siendo el mismo: una nueva batalla entre el dinero y la cantera, entre la velocidad del contragolpe y la posesión de balón, entre la verticalidad madrileña y el tiki taka catalán. 

Sólo queda esperar que esta rivalidad se encuentre a la altura de la expectativa. 

POR TOMÁS LUJAMBIO

PAL

 

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