En la arena multilateral la relevancia de los diplomáticos mexicanos en temas como la desnuclearización, el cambio climático y el derecho internacional es incuestionable, como lo sugiere el Premio Nobel de la Paz a don Alfonso García Robles en 1982 o las elecciones recurrentes de jueces mexicanos en tribunales como la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional.
Las aportaciones referidas se explican en cierta medida por el profesionalismo de los cuadros forjados dentro del SEM, pero la razón estructural se encuentra en el empeño y disciplina del Estado Mexicano por la construcción y mantenimiento de un servicio civil de carrera de poco más de dos siglos, dedicado a la gestión del interés nacional.
Tal diagnóstico no entraña una circunstancia inmaculada del servicio exterior, como lo revelan los reprobables hechos ocurridos de manera reciente en el Consulado de México en Shanghái. En el SEM deben robustecerse los códigos éticos de actuación de sus miembros, las hipótesis de sanción y preverse mecanismos tempranos de ayuda psicológica en todo tiempo y momento para ellos.
El plan global de la carrera diplomática tiene que ser más dinámico, deben afinarse sus mecanismos de ascenso para garantizar transparencia y equidad, ofrecer de manera regulada espacios de actuación a todos los cuadros del Servicio según su rango, combatir inercias burocratizantes entre sus miembros y optimizar su capacidad de servicio e interacción con los liderazgos políticos que ejercen democráticamente el poder cada seis años.
No obstante, más allá de incidentes puntuales, la evidencia empírica sugiere un balance positivo de las contribuciones del SEM al quehacer público del país, así como de las bondades asociadas a la tenencia de un cuerpo civil de carrera.
Es por ello que los aportes del SEM se han materializado con gobiernos de todos los partidos políticos que han ejercido la presidencia en el México contemporáneo. Desde la gestión de Lázaro Cárdenas hasta la del presidente López Obrador.
De ahí, según asume quien esto escribe, que la expectativa central de los miembros del SEM consista en tener la oportunidad de coadyuvar a las autoridades entrantes en la gestión de la política exterior del país, toda vez que en ello radica el leitmotiv de su existencia institucional.
POR JOSÉ OCTAVIO TRIPP
EMBAJADOR DE CARRERA DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO
MAAZ
