Columna Invitada

Acción Nacional resurgirá incluyente, fuerte y unido

Queremos que en la renovación de la dirigencia nacional, cada voto sea un paso hacia un instituto más preparado para enfrentar los desafíos del futuro

Acción Nacional resurgirá incluyente, fuerte y unido
Jorge Romero Herrera / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

En días pasados, la Comisión Organizadora de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional del PAN (Conecen), anunció que el método ordinario establecido en nuestros estatutos será por el que se renovará la dirigencia nacional, es decir, con el voto directo de toda su militancia. 

Para quienes aspiramos a participar en este proceso y sin lugar a dudas para nuestra militancia, este anuncio nos llena de orgullo, pues somos la única institución partidista que elegirá a su dirigente de forma democrática. Acción Nacional se ha construido sobre los sólidos pilares de la participación activa, la democracia y la libertad. Somos un partido que reconoce la importancia de la conciencia crítica e impulsa la participación de los ciudadanos en la vida pública, con la visión inquebrantable para el bien común. 

Ahora más que nunca, necesitamos que nuestros militantes se involucren de manera activa en el proceso de elección. Su participación no solo es un derecho, es un deber que fortalece nuestras estructuras democráticas internas.

No podemos ignorar los desafíos que enfrentamos. Los recientes eventos nos han mostrado que necesitamos revisar y ajustar nuestras políticas y enfoques para asegurar que estemos alineados con las necesidades y expectativas de los ciudadanos. La falta de confianza en las instituciones y en la política es una señal de alerta que no podemos pasar por alto. Debemos ser transparentes, responsables y receptivos a sus demandas. Como panistas, creemos en la dignidad de la persona y en la importancia de un gobierno que sirva a sus ciudadanos con justicia y eficacia.

El PAN necesita reflexionar sobre su identidad y sobre la agenda que defiende. Más allá de números y votos, es esencial que volvamos a enfocarnos en nuestras causas, banderas y principios. Debemos ser conscientes de qué defendemos desde un punto de vista doctrinal, y desde ahí construir nuestra narrativa y convencer a la ciudadanía.

En este contexto, la unidad se convierte en un imperativo ineludible. Debemos unirnos en torno a nuestra doctrina y nuestros valores. Esta unidad no es una consigna vacía, es el reflejo de un compromiso compartido con nuestras mujeres, hombres y jóvenes, quienes son el verdadero motor del cambio y quienes hacen diferencia en nuestro entorno. Su energía, diversidad y pasión son elementos esenciales que debemos integrar y potenciar. Nuestra doctrina humanista nos obliga a priorizar el bien común y a construir a partir de ella un México más justo y solidario.

El objetivo no solo debe enfocarse en atraer a nuevos militantes al partido, sino de revitalizar el entusiasmo y el compromiso de aquellos que ya están con nosotros. Esto requiere el esfuerzo constante de mantener una comunicación abierta y honesta, escuchar activamente las preocupaciones y aspiraciones de nuestra base, y ser receptivos a nuevas ideas y enfoques. La inclusión debe ser una prioridad, asegurando que todas las voces sean escuchadas y consideradas en la toma de decisiones. Como partido, debemos ser un reflejo de la sociedad plural a la que aspiramos a servir.

No debemos olvidar que nuestra razón de existir es mejorar la vida de nuestros ciudadanos. Cada política y cada decisión deben estar orientadas hacia ese fin. Necesitamos ser más que una organización política; debemos ser una fuerza para el bien común, un catalizador de cambio positivo en nuestra sociedad. La historia nos juzgará no sólo por nuestras palabras, sino por nuestras acciones y su impacto real en la vida de las personas. Como panistas, tenemos la responsabilidad de ser la voz de la esperanza y el cambio en México, de construir un país donde todos tengan la oportunidad de prosperar y vivir con dignidad.

Frente al futuro tenemos dos opciones: lamentarnos eternamente por lo que fue el 2 de junio, o entender que el PAN solo será salvado por los mismos panistas. Debemos asumir con humildad que hay cosas que debemos cambiar y corregir, y eso empieza con levantarnos y ponernos a trabajar.

Sé que quien lidere el PAN en los próximos tres años enfrentará grandes desafíos. No será un espacio de privilegios o gratificaciones emocionales, sino tres años de arduo trabajo y retos frente a un gobierno autoritario y sordo.

En el PAN reconocemos que tenemos el estigma de ser percibidos como un partido alejado de las calles y de la realidad de muchos mexicanos. Sin embargo, sé que en el último proceso electoral muchos panistas estuvimos tocando puertas y hablando con la gente. Este esfuerzo no puede ser algo temporal, debemos volcarnos a las calles de manera constante.

Tus valores, ideas, experiencias y voz son esenciales. Militantes de Acción Nacional, hagamos del próximo proceso interno para la selección de dirigencia una celebración de nuestra democracia interna. Que cada voto sea un paso hacia un PAN más fuerte, unido y preparado para enfrentar los desafíos del futuro. Juntas y juntos, sigamos siendo el partido de la libertad, de las instituciones y de las oportunidades para todos los mexicanos.

Hemos sido el presente, ahora construyamos el futuro de un partido renovado y fuerte. 

POR JORGE ROMERO HERRERA

COORDINADOR DEL GPPAN Y PDTE. DE LA JUCOPO

@JORGEROHE

PAL

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