La situación actual en México está marcada por una transición política que ha puesto a los inversores en vilo, atentos a la evolución de los acontecimientos. Para que el Nearshoring impacte en nuestro país con inversión extranjera y la instalación de fábricas desde cero, así como relocalización de empresas, es crucial que nos volvamos más atractivos como nación. Los factores geopolíticos no deben pasar desapercibidos, ya que la conformación política del país, incluyendo las Cámaras de Senadores y Diputados, jugará un papel crucial en las decisiones futuras, al igual que la seguridad pública, fundamental para el estado de derecho.
Es imperativo que la clase política de México actúe con responsabilidad y visión a largo plazo. La incertidumbre no debe paralizar la acción, sino impulsar una toma de decisiones informada y estratégica. Los inversores están observando de cerca y las acciones tomadas ahora definirán el rumbo económico y social en los próximos años. La transición política no debe ser vista sólo como un desafío, sino como una oportunidad para fortalecer el estado de derecho, mejorar la seguridad pública y avanzar en áreas cruciales como la infraestructura y la energía. México cuenta con todos los elementos necesarios para salir fortalecido de esta encrucijada histórica.
Para que la economía mexicana crezca impulsada por la relocalización de empresas y la llegada de mayores montos de inversión, es crucial invertir en infraestructura de tuberías, terminales, líneas de transmisión, gasoductos, energía eléctrica, agua y servicios adecuados en las diferentes zonas geográficas que lo requieran. Esto asegurará que México esté preparado para aprovechar al máximo las oportunidades del Nearshoring.
En el contexto del Nearshoring, varias voces han precisado que empresas extranjeras interesadas en establecer operaciones en México demandan soluciones de expansión. Por lo tanto, es imperativo que nuestro país amplíe la infraestructura física ligada a las exportaciones e importaciones para atraer inversionistas y catalizar un desarrollo económico sostenible. México debe urgentemente modernizar y construir nuevos puentes fronterizos de transporte de carga entre México y Estados Unidos, impulsando así una economía binacional robusta.
Por lo tanto, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, debe considerar que la falta de infraestructura y la inseguridad son obstáculos significativos. México está en el top cuatro de los países más complejos para hacer negocios, según un estudio del Global Business Complexity Index 2023 de TMF Group. Las barreras incluyen excesos de trámites, una legislación poco clara y abierta a interpretaciones, y la reciente Reforma al Poder Judicial, que añade incertidumbre al futuro del país. El nuevo gobierno debe establecer compromisos y certezas a los inversionistas más allá de la breve estabilidad que brinda el anuncio de una parte del gabinete de la presidenta electa al sector financiero y productivo del país.
Asimismo, el próximo gobierno de Sheinbaum deberá abordar de manera decidida la polémica generada por el gobierno saliente respecto a las energías renovables. Es fundamental no sólo mantener, sino intensificar las inversiones en generación de energía, incluyendo tanto fuentes tradicionales como renovables. Este es un momento crucial para enfrentar los nuevos desafíos en el sector de las energías renovables, que no solo promete sostenibilidad, sino también independencia energética a largo plazo. La oportunidad de posicionar a México como un líder en energías limpias no debe ser desaprovechada.
La crisis del agua es un tema que ya nos alcanzó y que requiere de soluciones innovadoras por parte del próximo gobierno morenista. El agua, un recurso esencial, que ha sido objeto de numerosos debates, y representa tanto un desafío como una oportunidad. La escasez de agua es una preocupación creciente, pero también existe la posibilidad de implementar sistemas innovadores como los utilizados en otras latitudes. Por ejemplo, Israel y Emiratos Árabes Unidos (EUA), han creado oportunidades a partir de un problema: la escasez de agua. Estos países exportan agua del golfo Pérsico para reciclar en lugar de desalinizar, aprovechándola para los cultivos, así el tratamiento del líquido.
El Nearshoring es un fenómeno comparable al que vimos anteriormente en el Norte del país, en Baja California, el establecimiento de una gran cantidad de maquiladoras. El nuevo reto de la relocalización de empresas, especialmente después de la pandemia, es atraer y establecer inversiones en México. Sin embargo, es crucial que estas empresas encuentren un entorno favorable que les permita prosperar, lo cual incluye una infraestructura adecuada, seguridad y políticas económicas claras. Un factor relevante que podría no abonar al éxito es el paquete de iniciativas propuesto por AMLO. De ser aprobadas, estas iniciativas podrían impactar negativamente las disposiciones incluidas en el T-MEC, debido a la falta de certeza jurídica que generaría su implementación.
Es necesario que la nueva administración demuestre gran inteligencia y un interés genuino en fortalecer las relaciones entre México y Estados Unidos, en bien de los mexicanos. La continuidad de una relación sana y beneficiosa, especialmente con la posibilidad de atraer inversiones de hasta cien mil millones de dólares anuales, es crucial para nuestro país. Este es un reto monumental que la nueva administración debe enfrentar con determinación para aprovechar esta oportunidad en beneficio de México y su gente.
POR GINA ANDREA CRUZ BLACKLEDGE.
SENADORA POR BAJA CALIFORNIA.
PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES AMÉRICA DEL NORTE.
@GINACRUZBC